viernes, 22 de abril de 2016

¿Lo justo?


Hoy hemos comenzado a discutir en clase acerca de dos concepciones diferentes (aunque no del todo contrarias y excluyentes entre sí, en algunas de sus posibles interpretaciones) de qué es lo justo:

  •       A cada uno, según su trabajo, “El que no trabaje, que no coma” (concepción meritocrática)
  •       De cada uno según sus posibilidades, a cada uno según sus necesidades (concepción no-meritocrática, redistributiva…)


¿Cuál os parece más “justa”, más apropiada? ¿Qué pros y contras tiene cada una?

Un@s os habéis manifestado más inclinados hacia la una, y otros hacia la otra, aunque todos con dudas y todos conscientes de que cada una de esas dos tesis tiene su atractivo o su parte de verdad, pero también sus peros. También muchos habéis señalado que hay versiones que no las ven incompatibles. He aquí algunos de los argumentos que habéis sacado:
  •   Si uno se esfuerza cuanto puede, ¿no es eso lo mismo que haber trabajado, haber hecho méritos?
  •  Si uno no se esfuerza y prefiere vivir del trabajo de los demás, ¿hay que darle lo que necesita?
  •   ¿Cómo podemos saber de qué es capaz cada uno, y qué es lo que necesita?
  • Luego os he pedido que nos lo figurásemos aplicado a la escuela, o a la educación en general: ¿hay que tener en cuenta lo que uno ha conseguido (resolver un problema), o lo que se ha esforzado (si ha puesto cuanto podía)? Algun@s habéis dicho que en la educación veis más apropiada la segunda teoría.


¿Qué es lo más justo? ¿Puedes exponer en una fórmula, o en un párrafo sintético, tu concepto de la justicia? 

Aquí puede continuarse el debate. Están invitados a participar también nuestros visitantes que no han estado en clase hoy, 22 de abril de 2016 en Sax.  

martes, 1 de marzo de 2016

Actuar como es "debido", pero... ¿cómo?

Un comandante, en plena guerra, ordena a unos soldados que fusilen, sin juicio previo, a unos prisioneros.

Ante esta situación:

El soldado McDonnald decide acatar la orden porque, aunque le parece injusta, teme un consejo de guerra y muy graves consecuencias.

El soldado McGuinn decide acatar la orden porque, aunque le parece fea, cree que su obligación es obedecer, y que el responsable de todo lo que él haga en campaña, es el superior que le da la orden.

El soldado MacLeod decide no acatarla, afrontando las consecuencias que pueda tener, porque piensa que un comandante no puede dar esa orden, y, por tanto, es injusto cumplirla.

El soldado McEwen dice que acatará la orden, se lleva al prisionero a un bosque cercano y hace unos disparos al aire y deja escapar al prisionero.

¿Cuál de los tres actúa mejor, según tú?
¿y según Kant: cuál o cuáles son más "kantianos"?
¿A qué teoría ética asociarías la conducta de los otros? 

Ahora supón que sustituimos a los soldados por alumnos, al comandante por un profesor y a la orden militar por una acción arbitraria del profesor (o de un alumno). ¿Cambia tu parecer acerca de la respuesta que merecen estas preguntas?

Acerca de esta cuestión puedes escuchar un breve programa de radio en forma de diálogo, de Juan Antonio Negrete y Victor Bermúdez, pinchando aquí: Diálogos en la Caverna

viernes, 25 de septiembre de 2015

El conflicto cavernético (primera parte)

Drama antromusical

Personajas: ESPELUNCA (ESPE para los amigos), FELISA y COVADONGA.

COVANDONGA.- Hola, ESPE. Tía, ya creíamos que llegabas tarde. ¡Va a salir el bus!

ESPE.- Es que… no sé si ir.

FELISA.- ¿¡Qué dices!? ¿Te ha pasado algo?

ESPE.- No… a mí no… pero…

COVANDOGA.- ¿Vienen a tocar los Trogloditas del silencio, o sea, el mejor grupo antro del cavernimundo, tú tienes una entrada ¡y te lo vas a perder!? ¿¡Estás flipada!?

ESPE.- Es que… me he encontrado con Dolores…

FELISA.- ¿La amargada de clase?

ESPE.- Esa. Se ha liado a hablar conmigo y, tías, la he visto fatal. Está desesperada. Dice que sus padres no la entienden y la machacan, que si nadie la quiere… y, por si fuera poco, se ha enamorado de un tío que la ha llamado tonta y fea.

COVADONGA.- Sí, el Pedro ha sido, el muy animal.

ESPE.- El caso es que la veo chunga, y me ha dicho que necesita alguien con quien pasar esta tarde y hablar. Y creo que necesita ayuda y compañía de verdad. Le he ofrecido mi entrada pero dice que no está para músicas.

FELISA.- Bueno, tía, pero estamos hablando de los Trogloditas, no van a volver por aquí en la vida ¿te coscas? Además, esa tía no es tu amiga ¿no? Siempre la has puesto a caldo, no es responsabilidad tuya.

ESPE.- Ya… pero…

COVADONGA.- ¿Y no hay nadie que le haga compañía?

ESPE.- Tú sabes muy bien que está más sola que la una. ¿Qué harías tú, Cova?

FELISA.- Yo no me perdería el concierto, lo tengo claro. Eso es como si vinieran los marcianos a traer regalos y yo me fuese al water.

COVADONGA.- ¡Qué bestia eres tú también! Yo no sé que haría, es una situación muy chunga. Creo que me quedaría con ella, aunque me acordaría del concierto todos los días de mi cavernaria vida. En fin, tú verás…

FELISA.- ¡Eh! ¡Ahí viene el autobús!

¿Qué crees que debe hacer Espelunca? ¿Por qué?

Este texto sirvió de guión a un programa de Radio 5 de Radio Nacional de España. Puedes escuchar ese programa pinchando AQUÍ

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Preguntas geniales (introducción a la ética)


Andando por la calle a altas horas de la noche le di (a posta) una patada a una especie de lata (la luz no era muy buena, porque las farolas, como todo el mundo sabe, apuntan hacia arriba para que se vean bien desde los aviones y desde otros planetas), y, de repente, salió de su interior una cosa y, aunque nunca había visto nada parecido, comprendí que sólo podía ser un genio. Me quedé alucinado: la bebida no suele producirme un efecto tan realista, y, por si fuera poco, hace mucho que no bebo. Pero no me dio tiempo de darle muchas vueltas, porque el genio, después del tradicional bostezo y el sacudirse de las telarañas, me dijo (con voz de genio, claro):
-¡Eh! ¡Tú! ¿has sido tú el que me acaba de despertar?
-Me temo que sí.., per… perdona –dije con un pelín de acojone.
-Entonces, ya sabes…
-¿Qué sé? –le pregunté, cuando vi que no seguía su misteriosa frase.
-¿No sabes quién soy? ¡Soy el Tres veces gran genio de las tres grandes preguntas!
-Encantado –quise hacerme el simpático.
-Pues eso, chaval. Tienes derecho a formularme tus tres grandes preguntas, y yo te las contestaré sin mentirte ni un poquito.
Cuando a uno le pasa algo así no debe fiarse de que todo sea legal y el asunto no tenga letra pequeña, así que le pregunté:
-Y ¿qué truco tiene esto?
-¿Qué truco? –dijo, poniéndose algo impaciente-. Bueno, una pequeña cláusula. Si las preguntas que me hagas no son, de verdad de verdad de verdad, tus tres más grandes preguntas… se te caerá la nariz la primera noche de luna llena, hagas lo que hagas. Para volvértela a pegar tendrás que encontrarte con el tres veces pequeño genio de los tres pequeños remedios caseros, que es mi primo.
“Creo que no voy a hacerle ninguna pregunta”, pensé, agarrándome la narpia. Pero el muy capullo me oyó pensar (era un genio, no hay que olvidar ese detalle) y dijo, a carcajada limpia:
-No, hijo, no. Uno no despierta al tres veces… patatín patatán… para nada. Si no me haces las tres grandes preguntas se te caerá la nariz la primera noche de luna nueva, hagas lo que hagas. Así que date prisa y hazme ya esas tres grandes preguntas.

¿Cuáles creéis que tengo en mente de momento? ¿Cuáles harías tú?

miércoles, 18 de febrero de 2015

Actuar como es "debido".... pero ¿cómo?

Un comandante, en plena guerra, ordena a unos soldados que fusilen, sin juicio previo, a unos prisioneros.

Ante esta situación:

El soldado McDonnald decide acatar la orden porque, aunque le parece injusta, teme un consejo de guerra y muy graves consecuencias.

El soldado McGuinn decide acatar la orden porque, aunque le parece fea, cree que su obligación es obedecer, y que el responsable de todo lo que él haga en campaña, es el superior que le da la orden.

El soldado MacLeod decide no acatarla, afrontando las consecuencias que pueda tener, porque piensa que un comandante no puede dar esa orden, y, por tanto, es injusto cumplirla.

El soldado McEwen dice que acatará la orden, se lleva al prisionero a un bosque cercano y hace unos disparos al aire y deja escapar al prisionero.

¿Cuál de los tres actúa mejor, según tú?
¿y según Kant: cuál o cuáles son más "kantianos"?
¿A qué teoría ética asociarías la conducta de los otros?


miércoles, 28 de enero de 2015

Ética y beneficio. Un dilema moral futurista de todos los tiempos

Una raza extraterrestre, muy superiores a los humanos tecnológicamente, se presentan en la tierra en sus imponentes naves y se dirigen a nosotros para decirnos:

“Según es nuestra costumbre cuando nos encontramos con otra raza inteligente (bueno, más o menos...), queremos establecer un tratado de paz con vosotros. Os enseñaremos cuanto sabemos de tecnología (curar muchas enfermedades que padecéis, sintetizar alimentos a partir del aire, juegos virtuales alucinantes…) si nuestros dioses os aceptan. Lo único que piden nuestros dioses es un pequeño sacrificio por vuestra parte, como muestra de buena voluntad hacia nosotros: debéis sacrificar a quinientos inocentes, elegidos al azar, y nuestro pacto será eterno. (No creemos que eso os suponga mucho quebranto para vosotros, ya que, según nuestros datos, en vuestro planeta mueren por hambre miles de niños cada año).
Si no aceptáis nuestro tratado, tendremos que consideraros planeta hostil”.

Los presidentes de las naciones se reúnen y algunos proponen someterlo a un referendum mundial. Todos tenemos que votar si aceptamos esa "oferta".

¿Qué crees que habría que hacer? ¿Por qué?
¿Qué debería decir un utilitarista (es decir, alguien que piensa que lo correcto es aquello que reporta el mayor "beneficio" para el mayor "número"? ¿Por qué?

miércoles, 7 de enero de 2015

Algunos dilemas morales a propósito de los Reyes Magos

Hace unos días vinieron los reyes magos.

Seguramente esta tradición tiene varios aspectos bellos y buenos: todos seríamos capaces de mencionar alguno, ¿no? Otros aspectos son, tal vez, más cuestionables: ¿es aceptable mentir a los niños para alimentarles una ilusión?, ¿es un buen modelo el de unos reyes, todos varones (por qué no unos pastores o pastoras)? Os propongo que pensemos y dialoguemos en concreto de los siguientes dilemas o problemas:


I

Según se les cuenta a los niños, los reyes magos aceptan sugerencias por carta, pero los regalos tienen que ver con tus méritos o deméritos: si has sido malo, no te traerán lo que deseas, e incluso te dejarán “carbón” en el zapato. Ahora bien, esto plantea varias dificultades éticas:

En primer lugar, ¿puede hablarse propiamente de “regalos”, si están unidos a méritos o deméritos? ¿No serán más bien recompensas y castigos? (¿es un regalo una recompensa?), ¿no están así (los padres) intentando comprar a sus hijos (“si te portas bien, te traerán muchas cosas”) y, por tanto, pagándoles luego lo que les deben? Imagina estas dos situaciones:

  1. tus padres te habían prometido que, si aprobabas esa materia que se te atragantaba, te regalarían algo que deseas. Tú consigues aprobarla, y un buen día tu madre o padre se presenta en casa con el “regalo”.
  2. un buen día tu madre o tu padre se presentan en casa con un “regalo” para ti. Tú no ves un motivo especial para que ese día te regalen nada, pero ella o él te explican que, simplemente, se acordaron de ti y les apeteció regalarte algo, solo “por ser tú”.


¿Cuál de ambas situaciones te parece más propiamente un regalo? ¿Por qué?

(Imagina ahora que, en la opción b, se lo traen a tu hermano o hermana, pero no a ti: quizá a ti te lo traigan otro día… ¿Qué te parecería?)


II

Imaginemos ahora a dos niños, el día 6 de enero, en el parque, sacando a lucir sus recién desenvueltos regalos. Uno de ellos, Pedro, se ha portado básicamente “bien” este año, o, al menos, nadie le ha dicho lo contrario. Sin embargo, ha recibido un regalo modesto, y no el que él deseaba (sus padres están ambos en paro, y no han podido conseguir nada “mejor”). En cambio, Alfonso, que juega a su lado, recibe un montón de regalos bastante espectaculares (sus padres pueden y quieren permitirse”lo”), pese a que no se puede decir que haya sido mejor chico que Pedro, sino en todo caso al contrario. ¿Cómo puede entender Pedro esta situación: es justo que se le de a entender, con ella, que sus méritos han sido menores que los de Alfonso? (¿Es preferible que Alfonso no juegue cerca de Pedro, para no “darle envidia”?)



III

Por último, piensa a fondo lo siguiente: ¿se puede decir que hay niños malos, o, al menos, que se portan mal, que no quieren aprender ni respetar a los demás? ¿Hay alguna otra manera de explicar por qué unos niños hacen cosas “mejores” o “peores” que otros?