Mostrando entradas con la etiqueta Qué es la ética. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Qué es la ética. Mostrar todas las entradas

domingo, 7 de septiembre de 2014

¿Qué pinta ahí la Ética?

Varios amigos conversan en el Parque de nuestra Caverna: Espelunca (Espe), Covandoga (Cova), Felisa, Juan Hoyo y Madriguero:


Espe.- ¡Hola, chicos!, ¿qué hacéis?

Cova.- Estábamos hablando de las asignaturas y los profes que tenemos este año

Felisa.- Sí, ¡nos estamos amuermando un rato, hija! Ya les digo yo que hagamos otra cosa.

Espe.- ¡Hay que hablar de todo, Felisa: también de cómo nos van a torturar todo el año!

Cova.- La que no sé qué pinta ahí, es la Ética. ¿Para qué sirve?

Juan Hoyo.- Yo ni siquiera sé de qué va.

Espe.- Pues a mí me parece que puede ser muy interesante…

Cova.- ¿Sí? ¿Qué puedes aprender ahí?

Madriguero.- ¿¡Y qué aprendes en otras materias!?

Felisa.- Yo, nada, es verdad: lo que me entra por una oreja, me sale por la otra el día después del examen.

Cova.- En Matemáticas aprendes a hacer cuentas, en Lengua aprendes a escribir… ¿Qué vamos a aprender el Ética?

Espe.- Bueno, os parecerá una tontería, pero yo, por lo que he indagado, espero que en Ética nos paremos a pensar un poco para qué sirve todo eso que aprendemos en las demás asignaturas, por ejemplo.

Juan Hoyo.- ¿¡Que para qué sirve lo que aprendemos!? Eso ya te lo digo yo: para sacarte el título y poder currar.

Madriguero.- ¡Iluso: currar! ¿Es que no ves las noticias?

Juan Hoyo.- ¿Las noticias?, ¡menudo rollo! Yo solo veo las noticias de deportes.

Madriguero.- Pues entérate: no hay trabajo, y el que hay es de esclavo.

Felisa.- ¡Claro, la pasta se la lleva la mafia que está en el gobierno, los políticos, banqueros, empresarios!

Cova.- ¡Eh, Felisa, que mi padre es banquero y mi madre empresaria!

Felisa.- ¡Claro, por eso tú llevas siempre modelitos y te vas a Estados Unidos de vacaciones…!

Cova.- ¿¡Y qué culpa tengo yo, y qué culpa tienen mis padres de ser ricos, si se lo ganan justamente!?

Madriguero.- ¿¡Justamente!? Eso habría que verlo…

Espe.- ¿Veis?

Cova.- ¿Qué?

Espe.- Para eso sirve la Ética, creo yo.

Cova.- ¿Para qué?

Espe.- Para que discutamos de esas cosas, de lo que es justo, de cómo deberíamos comportarnos…, y para discutirlo de buenas maneras. ¿Cuántas veces os habéis preguntado por qué hacemos todo lo que hacemos, qué sentido tiene nuestra vida…? Juan dice que estudiamos para trabajar… ¿Vivir para trabajar?, ¿no para ser feliz?

Felisa.- ¡Espe, la filósofa! ¡Espe, la rayada!

Madriguero.- Vale, Espe, pero mi reparo es que no creo que nadie sepa ni te pueda enseñar eso: cada uno tiene sus ideas, y, sobre todo, sus intereses, y no hay una fórmula para decir cuál es mejor.

Cova.- Mis padres están en contra de la asignatura que dimos en segundo: la Educación para la Ciudadanía. Dicen que eso ya me lo enseñan ellos.

Espe.- Pues yo creo que la educación cívica es muy necesaria, y que lo que nos dieron fue muy poco: solo hay que ver cómo están las cosas. Pero la asignatura de este año, la Ética, por lo que yo sé, no va de eso: no te intenta decir qué está bien o mal, sino hacerte reflexionar sobre ello, y mostrarte diferentes teorías y casos. El problema más gordo es lo que dice Madriguero: ¿se puede discutir razonablemente de eso, o es algo totalmente subjetivo?

Felisa.- Yo creo que Madriguero tiene razón, que eso es cosa de cada uno. Así que no tendrían que evaluarnos de eso.

Espe.- Pero, entonces, ¿no tenéis la sensación de que la Escuela es una gran máquina de churros, en el que tú eres la masa? ¿No os parece que lo que están haciendo con nosotros es producir trabajadores que no saben ni para qué viven?


¿Qué te parece? ¿Cómo intervendrías en esa conversación? ¿Con qué posturas estás más de acuerdo y con cuáles menos?

jueves, 29 de septiembre de 2011

¡A saber lo que es bueno!

Juan Hoyo.- ¡Jo, tío! ¡qué fuerte! ¡De lo que me acabo de enterar!
Madriguero.- ¿Qué pasa? ¿Se va a acabar el mundo?
JH.- Más fuerte que eso. Dicen que Espelunca…
Madriguero.- ¿La de cuarto jota?
JH.- Sí, esa. Bueno, pues dicen que es lesbiana. La han visto acariciándose con una chica, pero acariciándose en plan… ya sabes.
M.- Pues muy bien, ¿y…?
JH.- ¿Y qué? Tío, eso es una marranada.
M.- ¿Por qué?
JH.- Porque sí, porque eso no es natural.
M.- Tampoco son naturales los móviles, ni la ropa, ni las motos…
JH.- ¿Qué dices? ¿Estás chalao?
M.- Digo que si tuvieras que ir “natural”, tendrías que ir en pelotas y comer raíces y carne cruda… bueno, si es que es natural comerse a otro, claro.
JH.- Pero no compares, colega…
M.- Por lo único que lo siento es porque Espe me gusta. Pero a lo mejor es bisexual…
JH.- ¿Bisexual? ¿Eso es que le hace a todos los palos?
M.- Sí, a los palos, y a los hoyos, como tú. Oye, no me había fijado en lo bueno que estás, ¡umm! ¿quieres…?
JH.- ¡Quita, cerdito!
M.- ¡Que es broma, hostia! ¡Si eres más feo que una patata asada! Pero no te creas esas chorradas de que algo es lo natural. Nadie te tiene que decir lo que es bueno o es malo, ni tú tienes que decírselo a nadie. Cada uno hace lo que quiere, que para eso somos libres.
JH.- ¿Cómo va a hacer cada uno lo que quiera? ¡Menudo cachondeo! O sea, que ¿lo que uno haga está bien?
M.- Mira, un primo mío, que está estudiando cavernisofía, dice que nada es bueno o malo, en sí mismo, sino que lo decidimos nosotros. Lo que pasa es que en cada sitio te enseñan unas cosas y tú te crees que son así. Por ejemplo, tú comes cerdo pero para otros, para los musulmanes, por ejemplo, si tú comes cerdo eres… un cerdo. En otros sitios las tías mean de pie y los tíos sentados, y así con todo.
JH.- ¡Sí! Entonces si a uno le gusta matar a gente, eso es bueno ¿no te digo?
M.- Para él, sí, para ti no. Lo que pasa es que, como a la mayoría no nos gusta eso, pues lo metemos en la cárcel, y se acabó. Pero no es que esté bien o mal.
JH.- ¿Cómo no va a estar mal hacer daño a otro?
M.- ¿Por qué va a estar mal? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dios, o tu padre? Te repito que lo que pasa es que a ti no te gusta, porque te gusta vivir, y tienes cariño a la gente…
JH.- ¡Joder! Claro que me gusta vivir, y a todo el que no esté enfermo o mal de la azotea.
M.- Pues si a uno no le gusta, no le gusta, y punto. Eso no es como hablar de que ahí enfrente hay un árbol. Las cosas no son buenas o malas, son azules, rojas, redondas o cuadradas… no buenas o malas, eso lo decimos nosotros.
JH.- ¡Menudo rollo! Entonces… como a mí no me gustan las lesbianas, voy y le doy dos hostias a Espe. Eso está bien, según tú. Y mañana voy a por los moros ¿no?
M.- No está bien. Pero tampoco está mal. Sólo que en nuestra sociedad, si haces eso vas a tener problemas (empezando conmigo, como se te ocurra meterte con Espe). Pero si la mayoría pensase como tú, pues se haría, y no pasaría nada. Igual que antes sacrificaban personas u otras jilipolleces… tal como las vemos ahora.
JH.- Entonces tú estás en contra de la asignatura nueva, la de Educación para la Caverdadanía ¿no? Porque ahí te están diciendo qué está bien y qué está mal.
M.- Bueno, lo que hacen es adoctrinarte en lo que la sociedad ve ahora bien. Así puedes saber qué tienes que hacer para ir con el rebaño. Pero no está bien o mal, insisto.
JH.- Pues yo estoy en contra de esa asignatura, porque te cuentan que los gays son guays. Y a mi padre le repatea, porque él es muy creyente, y dice que ahí no enseñan más que ideas ateas.
M.- Vamos a ver. ¿Tú no te haces pajas?
JH.- Sí…
M.- Pues ya estás en pecado mortal. ¿Das la mitad de lo tuyo a los pobres? ¿Pones la otra mejilla?
JH.- Ni nadie ¿no te jode?
M.- Entonces ¿qué leches dices? ¡Chaval, piensa por ti mismo!
JH.- Mira, ahí viene Espe.
M.- ¡Hola, Espe!
Espelunca.- Hola, Madriguero, hola, Juan Hoyo. ¿Qué estáis haciendo?
M.- Hablando. Oye, Espe, ¿verdad que tú crees que lo que es bueno o malo lo decidimos nosotros, es cosa de cada uno, lo que pasa es que te enseñan unas cosas desde pequeño y, si eres un poco borreguito, te las crees?
Espe.- No, Madriguero, yo no creo eso. Y le he dado muchas vueltas al asunto, porque me encanta la cavernisofía y la cavernética. Yo creo que las cosas tienen valor en sí mismas, y que hay que tratarlas como se merecen.
JH.- ¿Ves? ¿Ves? Pues Madriguero dice que matar no es ni bueno ni malo.
M.- Pero ¿quién dice lo que está bien y lo que está mal?
Espe.- Lo que pasa es que ahora voy a comprar cosas para la casa, y no me puedo liar. Si queréis charlamos de eso en otro momento. Ciao [se va]
M.- ¡Cuando quieras, [y, en voz baja] cielo!
JH.- Pues a mí Espe no me gusta. No sé qué le ves.



¿Qué piensas tú en este debate? ¿Crees que lo bueno o malo es algo que inventamos la gente (las culturas o los individuos), o hay cosas buenas o malas por naturaleza?
¿Qué argumenos te parecen equivocados y cuáles acertados en el diálogo?

jueves, 22 de septiembre de 2011

El conflicto cavernético

Drama antromusical

(Personajas: ESPELUNCA (ESPE para los amigos), FELISA y COVADONGA).

COVANDONGA.- Hola, ESPE. Tía, ya creíamos que llegabas tarde. ¡Va a salir el bus!
ESPE.- Es que… no sé si ir.
FELISA.- ¿¡Qué dices!? ¿Te ha pasado algo?
ESPE.- No… a mí no… pero…
COVANDOGA.- ¿Vienen a tocar los Trogloditas del silencio, o sea, el mejor grupo antro del cavernimundo, tú tienes una entrada ¡y te lo vas a perder!? ¿¡Estás flipada!?
ESPE.- Es que… me he encontrado con Dolores…
FELISA.- ¿La amargada de clase?
ESPE.- Esa. Se ha liado a hablar conmigo y, tías, la he visto fatal. Está desesperada. Dice que sus padres no la entienden y la machacan, que si nadie la quiere… y, por si fuera poco, se ha enamorado de un tío que la ha llamado tonta y fea.
COVADONGA.- Sí, el Pedro ha sido, el muy animal.
ESPE.- El caso es que la veo chunga, y me ha dicho que necesita alguien con quien pasar esta tarde y hablar. Y creo que necesita ayuda y compañía de verdad. Le he ofrecido mi entrada pero dice que no está para músicas.
FELISA.- Bueno, tía, pero estamos hablando de los Trogloditas, no van a volver por aquí en la vida ¿te coscas? Además, esa tía no es tu amiga ¿no? Siempre la has puesto a caldo, no es responsabilidad tuya.
ESPE.- Ya… pero…
COVADONGA.- ¿Y no hay nadie que le haga compañía?
ESPE.- Tú sabes muy bien que está más sola que la una. ¿Qué harías tú, Cova?
FELISA.- Yo no me perdería el concierto, lo tengo claro. Eso es como si vinieran los marcianos a traer regalos y yo me fuese al water.
COVADONGA.- ¡Qué bestia eres tú también! Yo no sé que haría, es una situación muy chunga. Creo que me quedaría con ella, aunque me acordaría del concierto todos los días de mi cavernaria vida. En fin, tú verás…
FELISA.- ¡Eh! ¡Ahí viene el autobús!

¿Qué crees que debe hacer Espelunca? ¿Por qué?

lunes, 19 de septiembre de 2011

Bienvenidos al nuevo curso: ¿para qué la ética?

Hola a todos, a los alumnos y alumnas de Ética (Educación Ética-Cívica) de este año y también a todos los que caigáis por aquí, por esta caverna de pensamientos. En nuestra primera toma de contacto, además de hablar de cosas sin mucha importancia, como la evaluación y demás, hemos discutido un poco qué es esto de la Ética.
Hemos dicho que se trata de pensar sobre nuestras acciones, sobre todo en lo que puedan tener de buenas y menos buenas. Pero no buenas y menos buenas según las leyes establecidas, hemos dicho, sino según la moral. Aunque ¿dónde está la moral? ¿En nuestra conciencia, por ejemplo? ¿Qué dice tu conciencia, por ejemplo, si te encuentras en una alternativa en la vida como la que debatimos en clase: o delatar a un inocente, o ir tú a prisión?
Pero lo que me gustaría preguntaros, para empezar, es: ¿qué importancia y qué valor os parece que tiene esta asignatura? ¿Está bien como está en el currículo? ¿Debería estar más presente, menos, nada, como está…? ¿Para qué crees que puede servirte?

jueves, 7 de octubre de 2010

No tan diferentes

Madriguero.- ¡Hola, Espe! ¡Qué alegría verte!
Espe.- Lo mismo digo, Madriguero.
M.- Oye, tía, desde el otro día no dejo de darle vueltas..: estabas de coña ¿verdad? ¿Tú crees, por ejemplo, que ser homosexual es malo, por naturaleza?
Espe.- No.
M.- ¿Entonces por qué dijiste que las cosas son buenas o malas por naturaleza?
Espe.- Porque lo creo, al menos en estos últimos meses. Mañana, no sé. No creo que la homosexualidad sea mala, pero sí creo que es objetivamente mala, por ejemplo, la violencia (quiero decir, la violencia sin justificación, sin que lo hagas para evitar un daño mayor).
M.- Pero, tía, tú que eres inteligente, ¿me puedes decir quién crees que dice lo que es bueno? ¿El Papa, tu papá, la sociedad…?
Espe.- Ninguno de esos.
M.- ¿No es verdad que cada uno cree bueno lo que le da la gana?
Espe.- Nada de eso. ¿Por qué iba a ser bueno lo que te da la gana? Hay mucha gente que cree que lo que te apetece puede ser malo, sobre todo si supone hacer daño a otras cosas y personas.
M.- ¿Quién dice entonces lo que es bueno?
Espe.- Nuestro conocimiento, creo yo. Aunque nos podemos equivocar, claro, como en todo… Pero para mí no es lo mismo hacer lo que me apetece que hacer lo que quiero. Para esto último tengo que tener buenas razones.
M.- ¿De verdad te crees que se puede demostrar con razones lo que es bueno, como en los números?
Espe.- Sí, aunque sea muy difícil. Y me sorprende que tú, Madriguero, que siempre andas pidiendo razones a los demás, creas de verdad que sobre lo bueno y lo malo no se puede razonar.
M.- ¿Entonces, por qué hay tanto desacuerdo en este asunto, y cada cultura tiene sus propios valores?
Espe.- Mira, ¿por qué no se lo preguntas al amigo extranjero de Cova, que viene por ahí? ¡Hola, Cova!
Covadonga.- Hola. ¿Conocéis a Ramachacarandrán, mi amigo de cavernistán, que está aquí por unos días, de visita?
M.- No, hola, Rama…
Covadonga.- Podéis llamarle Rama, sí, no le importa.
Espe.- Oye, Cova, estábamos hablando Madriguero y yo precisamente de otras culturas y todo eso. Rama ¿te parece bien que te preguntemos algunas cosas?
Rama.- Me parece muy bien, así aprenderé cosas de vosotros.
M.- ¿Tú tienes creencias religiosas?
Rama.- Soy budista.
M.- ¿Verdad que te lo trasmitieron tus padres?
Rama.- Sí, bueno…
M.- O sea ¿crees porque te lo dicen tus padres?
Rama.- No, no he dicho tal cosa. Lo creo porque me parece bien, y si algo no me parece bien, no lo creo. Buda decía que tienes que hacer caso a tu propio pensamiento.
M.- Y ¿qué es bueno y malo, según tu Buda?
Rama.- Bueno, pues es malo el odio, el egoísmo, la violencia, la ignorancia… Y es bueno el amor y respeto a todos los seres, y tratar a cada uno de forma que llegue a ser lo más feliz y perfecto posible. Como para ti ¿no?
M.- Bueno, todos nos parecemos en algo… Y ¿qué normas tenéis diferentes a las nuestras?
Rama.- Pues mira, en mi país mucha gente, mi familia también, somos vegetarianos.
M.- ¿Por qué?
Rama.- Porque creemos que los animales son nuestras almas hermanas, y que las almas de todos pueden tomar cuerpos de otras especies. Y, claro, no está bien comerse a nuestros hermanos, porque causar dolor es malo. Quien causa daño a un animal, dice mi madre, hará daño a otras personas, y hasta se hace daño a sí mismo. Creo que en esto podríais aprender algo de nosotros.
M.- Sí, puede ser. Pero yo he visto que en vuestro país, perdóname que te lo diga, hay grandes diferencias de poder, y todo eso. Así que no creéis que todas las personas somos iguales.
Rama.- Sí que lo creemos. Las diferencias de poder se deben, como entre vosotros, a las funciones que cumplimos cada uno. No porque respetes la autoridad de tus padres o tus jefes en el trabajo, eres inferior a ellos. Eso sí, en mi país, como en todos (o quizás más), hay gente que, por egoísmo, abusa de su poder y crea grandes diferencias e injusticias. En esto tenemos que aprender nosotros de vosotros. Y en otras muchas cosas. Otra diferencia es que mi creencia es totalmente pacifista, está mal hacer el daño a nadie, por nada. Aunque, como en todo, hay mucha gente que no lo cumple, porque es difícil, es un ideal…
M.- Pero hay otras costumbres, incluso en tu propio país, que valoran la guerra como algo bueno.
Rama.- ¿¡Qué dices!? Eso no lo cree nadie, más que un pobre enfermo mental. A nadie que le digas “amigo, si vas a conseguir lo mismo haciendo daño que sin hacerlo ¿qué prefieres?”, nadie responderá que prefiere hacer daño. Todo el mundo prefiere la paz a la guerra, la amistad al odio, el conocimiento a la ignorancia… lo que pasa, creo yo, es que a veces tienen que sacrificar la paz por un bien mayor. Y también viven en situaciones muy diferentes a las nuestras, y se ven obligados a hacer cosas que parecen terribles. Por ejemplo, en algunas culturas, de gentes que viven en la selva, matan al segundo niño. Pero eso no quiere decir que no quieran a los hijos. Lo que pasa es que no podrían sobrevivir si llevasen más de uno a cuestas.
Cova.- ¿No te lo dije, Espe? Es todo un cavernísofo mi amigo Ramachacarandrán, ya te lo decía.
Espe.- Estoy alucinada de oírle hablar. ¿Quién te ha enseñado todo eso, Rama?
Rama.- En parte, mis conocidos, mis padres y demás; en parte, yo mismo.
Espe.- ¿Ves, Madriguero, como no hay tantas diferencias entre las personas como nos gusta decir?
Covadonga.- Bueno, chicos, si queréis nos vemos esta tarde. Ramachacarandrán va a hacer en mi casa unas comidas típicas de su país que están de muerte. Estáis invitados. ¡Hasta luego!
Rama.- Hasta pronto, que estéis en paz. [se van]
Madriguero.- Bueno, Espe, tienes un tanto a tu favor. Pero todavía no me has explicado cómo puedes razonar del bien y el mal como razonas de matemáticas o biología. Pero así quedamos otro día, mejor para mí. Oye… ¿te puedo preguntar algo?
Espe.- ¡Claro!
M.- ¿Tienes novio… o novia?
Espe.- Todavía no lo tengo claro, ¿por qué?
M.- No, por nada, por nada. Muchas veces se me ocurre que una tía tan… guay, tiene que tener pretendientes (o pretendientas) a patadas…

¿Qué opinas respecto de esta discusión?
¿Crees que hay diferencias muy importantes entre las diferentes culturas? ¿Cuáles?
¿Crees que siempre será imposible que se pongan de acuerdo en los valores más esenciales? ¿En cuáles?

jueves, 30 de septiembre de 2010

¡A saber lo que es bueno!

Juan Hoyo.- ¡Jo, tío! ¡qué fuerte! ¡De lo que me acabo de enterar!
Madriguero.- ¿Qué pasa? ¿Se va a acabar el mundo?
JH.- Más fuerte que eso. Dicen que Espelunca…
Madriguero.- ¿La de cuarto jota?
JH.- Sí, esa. Bueno, pues dicen que es lesbiana. La han visto acariciándose con una chica, pero acariciándose en plan… ya sabes.
M.- Pues muy bien, ¿y…?
JH.- ¿Y qué? Tío, eso es una marranada.
M.- ¿Por qué?
JH.- Porque sí, porque eso no es natural.
M.- Tampoco son naturales los móviles, ni la ropa, ni las motos…
JH.- ¿Qué dices? ¿Estás chalao?
M.- Digo que si tuvieras que ir “natural”, tendrías que ir en pelotas y comer raíces y carne cruda… bueno, si es que es natural comerse a otro, claro.
JH.- Pero no compares, colega…
M.- Por lo único que lo siento es porque Espe me gusta. Pero a lo mejor es bisexual…
JH.- ¿Bisexual? ¿Eso es que le hace a todos los palos?
M.- Sí, a los palos, y a los hoyos, como tú. Oye, no me había fijado en lo bueno que estás, ¡umm! ¿quieres…?
JH.- ¡Quita, cerdito!
M.- ¡Que es broma, hostia! ¡Si eres más feo que una patata asada! Pero no te creas esas chorradas de que algo es lo natural. Nadie te tiene que decir lo que es bueno o es malo, ni tú tienes que decírselo a nadie. Cada uno hace lo que quiere, que para eso somos libres.
JH.- ¿Cómo va a hacer cada uno lo que quiera? ¡Menudo cachondeo! O sea, que ¿lo que uno haga está bien?
M.- Mira, un primo mío, que está estudiando cavernisofía, dice que nada es bueno o malo, en sí mismo, sino que lo decidimos nosotros. Lo que pasa es que en cada sitio te enseñan unas cosas y tú te crees que son así. Por ejemplo, tú comes cerdo pero para otros, para los musulmanes, por ejemplo, si tú comes cerdo eres… un cerdo. En otros sitios las tías mean de pie y los tíos sentados, y así con todo.
JH.- ¡Sí! Entonces si a uno le gusta matar a gente, eso es bueno ¿no te digo?
M.- Para él, sí, para ti no. Lo que pasa es que, como a la mayoría no nos gusta eso, pues lo metemos en la cárcel, y se acabó. Pero no es que esté bien o mal.
JH.- ¿Cómo no va a estar mal hacer daño a otro?
M.- ¿Por qué va a estar mal? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dios, o tu padre? Te repito que lo que pasa es que a ti no te gusta, porque te gusta vivir, y tienes cariño a la gente…
JH.- ¡Joder! Claro que me gusta vivir, y a todo el que no esté enfermo o mal de la azotea.
M.- Pues si a uno no le gusta, no le gusta, y punto. Eso no es como hablar de que ahí enfrente hay un árbol. Las cosas no son buenas o malas, son azules, rojas, redondas o cuadradas… no buenas o malas, eso lo decimos nosotros.
JH.- ¡Menudo rollo! Entonces… como a mí no me gustan las lesbianas, voy y le doy dos hostias a Espe. Eso está bien, según tú. Y mañana voy a por los moros ¿no?
M.- No está bien. Pero tampoco está mal. Sólo que en nuestra sociedad, si haces eso vas a tener problemas (empezando conmigo, como se te ocurra meterte con Espe). Pero si la mayoría pensase como tú, pues se haría, y no pasaría nada. Igual que antes sacrificaban personas u otras jilipolleces… tal como las vemos ahora.
JH.- Entonces tú estás en contra de la asignatura nueva, la de Educación para la Caverdadanía ¿no? Porque ahí te están diciendo qué está bien y qué está mal.
M.- Bueno, lo que hacen es adoctrinarte en lo que la sociedad ve ahora bien. Así puedes saber qué tienes que hacer para ir con el rebaño. Pero no está bien o mal, insisto.
JH.- Pues yo estoy en contra de esa asignatura, porque te cuentan que los gays son guays. Y a mi padre le repatea, porque él es muy creyente, y dice que ahí no enseñan más que ideas ateas.
M.- Vamos a ver. ¿Tú no te haces pajas?
JH.- Sí…
M.- Pues ya estás en pecado mortal. ¿Das la mitad de lo tuyo a los pobres? ¿Pones la otra mejilla?
JH.- Ni nadie ¿no te jode?
M.- Entonces ¿qué leches dices? ¡Chaval, piensa por ti mismo!
JH.- Mira, ahí viene Espe.
M.- ¡Hola, Espe!
Espelunca.- Hola, Madriguero, hola, Juan Hoyo. ¿Qué estáis haciendo?
M.- Hablando. Oye, Espe, ¿verdad que tú crees que lo que es bueno o malo lo decidimos nosotros, es cosa de cada uno, lo que pasa es que te enseñan unas cosas desde pequeño y, si eres un poco borreguito, te las crees?
Espe.- No, Madriguero, yo no creo eso. Y le he dado muchas vueltas al asunto, porque me encanta la cavernisofía y la cavernética. Yo creo que las cosas tienen valor en sí mismas, y que hay que tratarlas como se merecen.
JH.- ¿Ves? ¿Ves? Pues Madriguero dice que matar no es ni bueno ni malo.
M.- Pero ¿quién dice lo que está bien y lo que está mal?
Espe.- Lo que pasa es que ahora voy a comprar cosas para la casa, y no me puedo liar. Si queréis charlamos de eso en otro momento. Ciao [se va]
M.- ¡Cuando quieras, [y, en voz baja] cielo!
JH.- Pues a mí Espe no me gusta. No sé qué le ves.



¿Qué piensas tú en este debate? ¿Crees que lo bueno o malo es algo que inventamos la gente (las culturas o los individuos), o hay cosas buenas o malas por naturaleza?
¿Qué argumenos te parecen equivocados y cuáles acertados en el diálogo?

jueves, 23 de septiembre de 2010

Ser bueno y ser feliz. El conflicto cavernético

Drama antromusical

(Personajas: ESPELUNCA (ESPE para los amigos), FELISA y COVADONGA).

COVANDONGA.- Hola, ESPE. Tía, ya creíamos que llegabas tarde. ¡Va a llegar el bus!
ESPE.- Es que… no sé si ir.
FELISA.- ¿¡Qué dices!? ¿Te ha pasado algo?
ESPE.- No… a mí no… pero…
COVANDOGA.- ¿Vienen a tocar los Trogloditas del silencio, o sea, el mejor grupo antro del cavernimundo, tú tienes una entrada y te lo vas a perder? ¿Estás flipada?
ESPE.- Es que… me he encontrado con Dolores…
FELISA.- ¿La amargada de clase?
ESPE.- Esa. Se ha liado a hablar conmigo y, tías, la he visto fatal. Está desesperada. Dice que sus padres no la entienden y la machacan, que si nadie la quiere… y, por si fuera poco, se ha enamorado de un tío que la ha llamado tonta y fea.
COVADONGA.- Sí, el Pedro ha sido, el muy animal.
ESPE.- El caso es que la veo chunga, y me ha dicho que necesita alguien con quien pasar esta tarde y hablar. Y creo que necesita ayuda y compañía de verdad. Le he ofrecido mi entrada pero dice que no está para músicas.
FELISA.- Bueno, tía, pero estamos hablando de los Trogloditas, no van a volver por aquí en la vida ¿te coscas? Además, esa tía no es tu amiga ¿no? Siempre la has puesto a caldo, no es responsabilidad tuya.
ESPE.- Ya… pero…
COVADONGA.- ¿Y no hay nadie que le haga compañía?
ESPE.- Tú sabes muy bien que está más sola que la una. ¿Qué harías tú, Cova?
FELISA.- Yo no me perdería el concierto, lo tengo claro. Eso es como si vinieran los marcianos a traer regalos y yo me fuese al water.
COVADONGA.- ¡Qué bestia eres tú también! Yo no sé que haría, es una situación muy chunga. Creo que me quedaría con ella, aunque me acordaría del concierto todos los días de mi cavernaria vida. En fin, tú verás…
FELISA.- ¡Eh! ¡Ahí viene el autobús!

¿Qué crees que debe hacer Espelunca? ¿Por qué?

miércoles, 22 de septiembre de 2010

De la mayor importancia

La mayoría de las preguntas que le harías al genio de la entrada anterior resultan ser preguntas filosóficas. Y, según dijimos, la ética es parte de la filosofía. ¿Qué parte?


La ÉTICA es la parte de la filosofía que se pregunta qué es bueno y qué es malo referido a nuestras acciones y decisiones, o sea, qué es correcto o incorrecto, qué debo hacer. Para contestar a eso, tiene que preguntarse también quién soy, qué sentido tiene o puedo darle a mi vida, qué me corresponde hacer para realizarme y, a ser posible, ser feliz. Para eso, estudiamos lo que han dicho los hombres con fama de más inteligentes y sabios a lo largo de la historia, y nos lo preguntamos a nosotros mismos, a nuestra propia inteligencia.

Ahora, la pregunta es: ¿hay alguna asignatura más importante que la Ética?

viernes, 25 de septiembre de 2009

¡A saber lo que es bueno!

Juan Hoyo.- ¡Jo, tío! ¡qué fuerte! ¡De lo que me acabo de enterar!
Madriguero.- ¿Qué pasa? ¿Se va a acabar el mundo?
JH.- Más fuerte que eso. Dicen que Espelunca…
Madriguero.- ¿La de cuarto jota?
JH.- Sí, esa. Bueno, pues dicen que es lesbiana. La han visto acariciándose con una chica, pero acariciándose en plan… ya sabes.
M.- Pues muy bien, ¿y…?
JH.- ¿Y qué? Tío, eso es una marranada.
M.- ¿Por qué?
JH.- Porque sí, porque eso no es natural.
M.- Tampoco son naturales los móviles, ni la ropa, ni las motos…
JH.- ¿Qué dices? ¿Estás chalao?
M.- Digo que si tuvieras que ir “natural”, tendrías que ir en pelotas y comer raíces y carne cruda… bueno, si es que es natural comerse a otro, claro.
JH.- Pero no compares, colega…
M.- Por lo único que lo siento es porque Espe me gusta. Pero a lo mejor es bisexual…
JH.- ¿Bisexual? ¿Eso es que le hace a todos los palos?
M.- Sí, a los palos, y a los hoyos, como tú. Oye, no me había fijado en lo bueno que estás, ¡umm! ¿quieres…?
JH.- ¡Quita, cerdito!
M.- ¡Que es broma, hostia! ¡Si eres más feo que una patata asada! Pero no te creas esas chorradas de que algo es lo natural. Nadie te tiene que decir lo que es bueno o es malo, ni tú tienes que decírselo a nadie. Cada uno hace lo que quiere, que para eso somos libres.
JH.- ¿Cómo va a hacer cada uno lo que quiera? ¡Menudo cachondeo! O sea, que ¿lo que uno haga está bien?
M.- Mira, un primo mío, que está estudiando cavernisofía, dice que nada es bueno o malo, en sí mismo, sino que lo decidimos nosotros. Lo que pasa es que en cada sitio te enseñan unas cosas y tú te crees que son así. Por ejemplo, tú comes cerdo pero para otros, para los musulmanes, por ejemplo, si tú comes cerdo eres… un cerdo. En otros sitios las tías mean de pie y los tíos sentados, y así con todo.
JH.- ¡Sí! Entonces si a uno le gusta matar a gente, eso es bueno ¿no te digo?
M.- Para él, sí, para ti no. Lo que pasa es que, como a la mayoría no nos gusta eso, pues lo metemos en la cárcel, y se acabó. Pero no es que esté bien o mal.
JH.- ¿Cómo no va a estar mal hacer daño a otro?
M.- ¿Por qué va a estar mal? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dios, o tu padre? Te repito que lo que pasa es que a ti no te gusta, porque te gusta vivir, y tienes cariño a la gente…
JH.- ¡Joder! Claro que me gusta vivir, y a todo el que no esté enfermo o mal de la azotea.
M.- Pues si a uno no le gusta, no le gusta, y punto. Eso no es como hablar de que ahí enfrente hay un árbol. Las cosas no son buenas o malas, son azules, rojas, redondas o cuadradas… no buenas o malas, eso lo decimos nosotros.
JH.- ¡Menudo rollo! Entonces… como a mí no me gustan las lesbianas, voy y le doy dos hostias a Espe. Eso está bien, según tú. Y mañana voy a por los moros ¿no?
M.- No está bien. Pero tampoco está mal. Sólo que en nuestra sociedad, si haces eso vas a tener problemas (empezando conmigo, como se te ocurra meterte con Espe). Pero si la mayoría pensase como tú, pues se haría, y no pasaría nada. Igual que antes sacrificaban personas u otras jilipolleces… tal como las vemos ahora.
JH.- Entonces tú estás en contra de la asignatura nueva, la de Educación para la Caverdadanía ¿no? Porque ahí te están diciendo qué está bien y qué está mal.
M.- Bueno, lo que hacen es adoctrinarte en lo que la sociedad ve ahora bien. Así puedes saber qué tienes que hacer para ir con el rebaño. Pero no está bien o mal, insisto.
JH.- Pues yo estoy en contra de esa asignatura, porque te cuentan que los gays son guays. Y a mi padre le repatea, porque él es muy creyente, y dice que ahí no enseñan más que ideas ateas.
M.- Vamos a ver. ¿Tú no te haces pajas?
JH.- Sí…
M.- Pues ya estás en pecado mortal. ¿Das la mitad de lo tuyo a los pobres? ¿Pones la otra mejilla?
JH.- Ni nadie ¿no te jode?
M.- Entonces ¿qué leches dices? ¡Chaval, piensa por ti mismo!
JH.- Mira, ahí viene Espe.
M.- ¡Hola, Espe!
Espelunca.- Hola, Madriguero, hola, Juan Hoyo. ¿Qué estáis haciendo?
M.- Hablando. Oye, Espe, ¿verdad que tú crees que lo que es bueno o malo lo decidimos nosotros, es cosa de cada uno, lo que pasa es que te enseñan unas cosas desde pequeño y, si eres un poco borreguito, te las crees?
Espe.- No, Madriguero, yo no creo eso. Y le he dado muchas vueltas al asunto, porque me encanta la cavernisofía y la cavernética. Yo creo que las cosas tienen valor en sí mismas, y que hay que tratarlas como se merecen.
JH.- ¿Ves? ¿Ves? Pues Madriguero dice que matar no es ni bueno ni malo.
M.- Pero ¿quién dice lo que está bien y lo que está mal?
Espe.- Lo que pasa es que ahora voy a comprar cosas para la casa, y no me puedo liar. Si queréis charlamos de eso en otro momento. Ciao [se va]
M.- ¡Cuando quieras, [y, en voz baja] cielo!
JH.- Pues a mí Espe no me gusta. No sé qué le ves.



¿Qué piensas tú en este debate? ¿Crees que lo bueno o malo es algo que inventamos la gente (las culturas o los individuos), o hay cosas buenas o malas por naturaleza?

¿Qué argumenos te parecen equivocados y cuáles acertados en el diálogo?

martes, 22 de septiembre de 2009

El conflicto cavernético (escena segunda)

(En las puertas del recinto del concierto del año de los Trogloditas del silencio)

Maria Refugia.- ¡Hola! Oye, ¿dónde está Espe?
Felisa.- No te lo creerás, tía.
Covandonga.- Se ha quedado con Dolores, una compañera de clase...
Felisa.- Una amargada.
Covadonga.- Que está hecha polvo, muy depre. Y no tiene a nadie.
Maria Refugia.- Y ¿por qué se ha quedado con ella? No es su amiga, ¿no?
Felisa.- ¡Qué va! Le ha dado pena, está claro. Espe es más tierna que un bollicao, ya la conoces.
Covadonga.- No creo que haya sido por pena. Espe es una tía muy responsable, creo que ha visto que tenía que quedarse.
Felisa.- Pero no creo que lo hiciera si no creyera que va a sacar algo.
María Refugio.- A lo mejor lo hace por miedo al remordimiento de conciencia. Yo lo haría por eso (¡si lo hiciera, claro, que va a ser que no!). Mi abuela dice que todo lo que hagas malo el diablo te lo sacará del pellejo a tiras (se parten de risa las tres).
Felisa.- Sí, claro, y Apu, el de los Simpson, cree que te reencarnas en otro animal, ¡no te digo!
Covandoga.- ¿Es que no puede haberlo hecho sólo porque cree que tiene que hacerlo, sin pensar en sí misma?
Felisa.- Eso no creo que pase, Cova, seamos realistas. Lo que pasa es que a algunos, como a Espe, les encanta ver felices a los demás.
María Refugio.- Bueno, luego se lo preguntamos a ella. Ahora vamos, que corre la fila y se nos cuelan para entrar. ¡Los Trogloditas, tías! ¿Os dais cuenta del momento que estamos viviendo?

(A varios kilómetros de los Trogloditas)

Dolores.- Jo, Espe, no sabes cómo te agradezco que te hayas quedado conmigo, sé el sacrificio que estás haciendo. Y hasta me has invitado a un helado...
Espelunca.- Pero si has pagado tú...
Dolores.- Bueno, eso es lo de menos. En serio, eres una tía total.
Espelunca.- No te preocupes, los... las personas están para ayudarse ¿no?
Dolores.- Sí, chica, pero muy pocos hacen lo que has hecho tú.
Espelunca.- Yo creo que no, que todos harían lo que he hecho yo, o sea, joderme y aguantarme y echarte un cable.
Dolores.- No sé, pero sí sé que tú lo has hecho, y te debo... Bueno, no te voy a decir que seamos amigas, porque nunca hemos tenido mucho en común... pero...
Espe.- A lo mejor es que no hemos hablado mucho, y nos hemos dejado llevar por las apariencias, sin pensar...
Dolores.- ¿Te puedo preguntar una cosa?
Espe.- Sí, claro.
Dolores.- ¿Por qué te has quedado, de verdad? ¿Te he dado pena?
Espe.- ¡No! ¡no! Pena no... Bueno, sí, un poco... Pero no lo he hecho por pena, de verdad.
Dolores.- ¿Entonces por qué?
Espe.- A cualquiera le gustaría que hicieran eso por uno, cuando esté mal.
Dolores.- Pero ¿y si nunca puedo devolverte el favor?
Espe.- No importa. No lo hago para que me debas una, sino porque... a una persona hay que ayudarla.
Dolores.- Me parece muy bien. Eres especial, de verdad. Me gustaría que fueras mi amiga (un rato de silencio). Todos me ven como una amargada, y tienen razón. ¿Sabes por qué creo que soy tan triste?
Espe.- ¿Por qué?
Dolores.- Porque nunca me he encontrado a personas como tú.
Espe.- Eso es porque no has mirado bien.
Dolores.- Puede ser... Oye, ¿a ti te gusta el Pedro?
Espe.- ¿Pedro? ¿ese mameluco? No jorobes, tiene menos gracia que Matias Prast.
Dolores.- Entonces, ¿qué te gusta de un chico?
Espe.- O de una chica...
Dolores.- Eso, o de una chica.

(continuará?)

¿Con qué personaja te identificas más? ¿Con cuál menos?
¿Qué parte de razón lleva cada una (si la llevan)?
¿Por qué lo hace Espelunca?
Comenta todo lo que se te ocurra.

Si te apetece seguir la historia, haciendo tú una escena, elabórala por tu cuenta y mándanosla o dámela en clase.

jueves, 17 de septiembre de 2009

el conflicto cavernético


Drama antromusical

(Personajas: ESPELUNCA (ESPE para los amigos), FELISA y COVADONGA).

COVANDONGA.- Hola, ESPE. Tía, ya creíamos que llegabas tarde. ¡Va a llegar el bus!
ESPE.- Es que… no sé si ir.
FELISA.- ¿¡Qué dices!? ¿Te ha pasado algo?
ESPE.- No… a mí no… pero…
COVANDOGA.- ¿Vienen a tocar los Trogloditas del silencio, o sea, el mejor grupo antro del cavernimundo, tú tienes una entrada y te lo vas a perder? ¿Estás flipada?
ESPE.- Es que… me he encontrado con Dolores…
FELISA.- ¿La amargada de clase?
ESPE.- Esa. Se ha liado a hablar conmigo y, tías, la he visto fatal. Está desesperada. Dice que sus padres no la entienden y la machacan, que si nadie la quiere… y, por si fuera poco, se ha enamorado de un tío que la ha llamado tonta y fea.
COVADONGA.- Sí, el Pedro ha sido, el muy animal.
ESPE.- El caso es que la veo chunga, y me ha dicho que necesita alguien con quien pasar esta tarde y hablar. Y creo que necesita ayuda y compañía de verdad. Le he ofrecido mi entrada pero dice que no está para músicas.
FELISA.- Bueno, tía, pero estamos hablando de los Trogloditas, no van a volver por aquí en la vida ¿te coscas? Además, esa tía no es tu amiga ¿no? Siempre la has puesto a caldo, no es responsabilidad tuya.
ESPE.- Ya… pero…
COVADONGA.- ¿Y no hay nadie que le haga compañía?
ESPE.- Tú sabes muy bien que está más sola que la una. ¿Qué harías tú, Cova?
FELISA.- Yo no me perdería el concierto, lo tengo claro. Eso es como si vinieran los marcianos a traer regalos y yo me fuese al water.
COVADONGA.- ¡Qué bestia eres tú también! Yo no sé que haría, es una situación muy chunga. Creo que me quedaría con ella, aunque me acordaría del concierto todos los días de mi cavernaria vida. En fin, tú verás…
FELISA.- ¡Eh! ¡Ahí viene el autobús!

¿Qué crees que debe hacer Espelunca? ¿Por qué?