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jueves, 29 de septiembre de 2011

¡A saber lo que es bueno!

Juan Hoyo.- ¡Jo, tío! ¡qué fuerte! ¡De lo que me acabo de enterar!
Madriguero.- ¿Qué pasa? ¿Se va a acabar el mundo?
JH.- Más fuerte que eso. Dicen que Espelunca…
Madriguero.- ¿La de cuarto jota?
JH.- Sí, esa. Bueno, pues dicen que es lesbiana. La han visto acariciándose con una chica, pero acariciándose en plan… ya sabes.
M.- Pues muy bien, ¿y…?
JH.- ¿Y qué? Tío, eso es una marranada.
M.- ¿Por qué?
JH.- Porque sí, porque eso no es natural.
M.- Tampoco son naturales los móviles, ni la ropa, ni las motos…
JH.- ¿Qué dices? ¿Estás chalao?
M.- Digo que si tuvieras que ir “natural”, tendrías que ir en pelotas y comer raíces y carne cruda… bueno, si es que es natural comerse a otro, claro.
JH.- Pero no compares, colega…
M.- Por lo único que lo siento es porque Espe me gusta. Pero a lo mejor es bisexual…
JH.- ¿Bisexual? ¿Eso es que le hace a todos los palos?
M.- Sí, a los palos, y a los hoyos, como tú. Oye, no me había fijado en lo bueno que estás, ¡umm! ¿quieres…?
JH.- ¡Quita, cerdito!
M.- ¡Que es broma, hostia! ¡Si eres más feo que una patata asada! Pero no te creas esas chorradas de que algo es lo natural. Nadie te tiene que decir lo que es bueno o es malo, ni tú tienes que decírselo a nadie. Cada uno hace lo que quiere, que para eso somos libres.
JH.- ¿Cómo va a hacer cada uno lo que quiera? ¡Menudo cachondeo! O sea, que ¿lo que uno haga está bien?
M.- Mira, un primo mío, que está estudiando cavernisofía, dice que nada es bueno o malo, en sí mismo, sino que lo decidimos nosotros. Lo que pasa es que en cada sitio te enseñan unas cosas y tú te crees que son así. Por ejemplo, tú comes cerdo pero para otros, para los musulmanes, por ejemplo, si tú comes cerdo eres… un cerdo. En otros sitios las tías mean de pie y los tíos sentados, y así con todo.
JH.- ¡Sí! Entonces si a uno le gusta matar a gente, eso es bueno ¿no te digo?
M.- Para él, sí, para ti no. Lo que pasa es que, como a la mayoría no nos gusta eso, pues lo metemos en la cárcel, y se acabó. Pero no es que esté bien o mal.
JH.- ¿Cómo no va a estar mal hacer daño a otro?
M.- ¿Por qué va a estar mal? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dios, o tu padre? Te repito que lo que pasa es que a ti no te gusta, porque te gusta vivir, y tienes cariño a la gente…
JH.- ¡Joder! Claro que me gusta vivir, y a todo el que no esté enfermo o mal de la azotea.
M.- Pues si a uno no le gusta, no le gusta, y punto. Eso no es como hablar de que ahí enfrente hay un árbol. Las cosas no son buenas o malas, son azules, rojas, redondas o cuadradas… no buenas o malas, eso lo decimos nosotros.
JH.- ¡Menudo rollo! Entonces… como a mí no me gustan las lesbianas, voy y le doy dos hostias a Espe. Eso está bien, según tú. Y mañana voy a por los moros ¿no?
M.- No está bien. Pero tampoco está mal. Sólo que en nuestra sociedad, si haces eso vas a tener problemas (empezando conmigo, como se te ocurra meterte con Espe). Pero si la mayoría pensase como tú, pues se haría, y no pasaría nada. Igual que antes sacrificaban personas u otras jilipolleces… tal como las vemos ahora.
JH.- Entonces tú estás en contra de la asignatura nueva, la de Educación para la Caverdadanía ¿no? Porque ahí te están diciendo qué está bien y qué está mal.
M.- Bueno, lo que hacen es adoctrinarte en lo que la sociedad ve ahora bien. Así puedes saber qué tienes que hacer para ir con el rebaño. Pero no está bien o mal, insisto.
JH.- Pues yo estoy en contra de esa asignatura, porque te cuentan que los gays son guays. Y a mi padre le repatea, porque él es muy creyente, y dice que ahí no enseñan más que ideas ateas.
M.- Vamos a ver. ¿Tú no te haces pajas?
JH.- Sí…
M.- Pues ya estás en pecado mortal. ¿Das la mitad de lo tuyo a los pobres? ¿Pones la otra mejilla?
JH.- Ni nadie ¿no te jode?
M.- Entonces ¿qué leches dices? ¡Chaval, piensa por ti mismo!
JH.- Mira, ahí viene Espe.
M.- ¡Hola, Espe!
Espelunca.- Hola, Madriguero, hola, Juan Hoyo. ¿Qué estáis haciendo?
M.- Hablando. Oye, Espe, ¿verdad que tú crees que lo que es bueno o malo lo decidimos nosotros, es cosa de cada uno, lo que pasa es que te enseñan unas cosas desde pequeño y, si eres un poco borreguito, te las crees?
Espe.- No, Madriguero, yo no creo eso. Y le he dado muchas vueltas al asunto, porque me encanta la cavernisofía y la cavernética. Yo creo que las cosas tienen valor en sí mismas, y que hay que tratarlas como se merecen.
JH.- ¿Ves? ¿Ves? Pues Madriguero dice que matar no es ni bueno ni malo.
M.- Pero ¿quién dice lo que está bien y lo que está mal?
Espe.- Lo que pasa es que ahora voy a comprar cosas para la casa, y no me puedo liar. Si queréis charlamos de eso en otro momento. Ciao [se va]
M.- ¡Cuando quieras, [y, en voz baja] cielo!
JH.- Pues a mí Espe no me gusta. No sé qué le ves.



¿Qué piensas tú en este debate? ¿Crees que lo bueno o malo es algo que inventamos la gente (las culturas o los individuos), o hay cosas buenas o malas por naturaleza?
¿Qué argumenos te parecen equivocados y cuáles acertados en el diálogo?

martes, 19 de octubre de 2010

¿Quién hace más el indio? (reedición)

Aquí tenéis dos presentaciones de la Carta del Jefe Indio Seattle al presidente de los Estados Unidos. (Para ver la continuación y final de la segunda presentación tenéis que buscarla en videos relacionados -se titula "Carta del jefe Seattle a Franklin Pierce (1854), Segunda Parte". No sé por qué no se deja traer aquí)






Los indios ven y valoran las cosas de manera diferente a nuestro modo occidental de verlas y apreciarlas.
¿Qué valores tenemos en común, pieles rojas y rostros pálidos? ¿Qué podríamos aprender de ellos? Y ¿ellos de nosotros?

jueves, 14 de octubre de 2010

Natural y bueno (reedición)

Madriguero.- Gracias, Espe, por acompañarme de paseo, sé que tenías cosas que hacer.
Espelunca.- Hay que cuidar las amistades ¿no? Además, me daba mucho muermo quedarme en casa hoy…
Madriguero.- ¿Quieres que vayamos a las cuevas de pinturas?
Espe.- Vale. Y luego he quedado para cenar con Dolores y Cova. ¿Te vienes?
Madriguero.- Bue… bueno, ya veré, sí, puede que sí… Oye ¿Qué pasa ahí?
Espe.- ¿Dónde?
Madriguero.- Ahí, en ese árbol, ¿no ves a esos niños? ¡Vamos a ver! Oye ¿qué hacéis?
Caverniño 1.- Este pájaro, que se ha caído del árbol.
Caverniño 2.- ¡Tiene rota una pata!
Caverniño 3.- ¡Este quiere matarlo!
Madriguero.- ¿Qué dices? ¡Ni se te ocurra!
Caverniño 1.- ¿Por qué?
Madriguero.- ¡Es un ser vivo! Tenemos que curarle la patita y devolverlo al nido, o criarlo nosotros.
Caverniña.- ¿Se puede curar la patita?
Madriguero.- ¡Claro! Mi tío es caverterinario. Traedlo, vamos a ver.
Caverniño 3.- ¡Yo sé dónde vive! ¿Nos dejas que se lo llevemos nosotros?
Madriguero.- Vale… pero tratadlo bien ¿eh? ¡Que no me entere que le ha pasado nada! [los niños se van con el pajarillo]
Espe.- A ver, Madriguero, ¿por qué haces esto?
Madriguero.- ¿Cuidar al pajarillo? ¿Cómo no voy a hacerlo?
Espe.- ¿Crees que es malo para un pájaro que se le rompa una pata?
Madriguero.- Ya veo por dónde vas… ¿Que si es bueno, dices? Es natural, tan natural como si no se la rompe ¿no?
Espe.- Todo lo que pasa es natural, claro, pero para el pájaro es malo, creo yo, porque sin la pata es difícil que siga siendo un pájaro. No digamos si le falta la cabeza… ¿Crees que el cáncer no es ni bueno ni malo? ¿No es malo que un niño nazca sin brazos, o con retrasos mentales?
Madriguero.- Hombre, suena fuerte. Pero es porque todos los seres vivos quieren vivir.
Espe.- Pues muy bien. O sea, que todos creen que es bueno vivir. Y resulta que también quieren ser felices, y no sufrir dolor, y así con todo. ¿Cómo llamarías a alguien que, sin ningún motivo aparente, se hace daño? ¿No diríamos que es un pobre loco?
Madriguero.- ¿Un masoca? ¿Por qué va a ser un loco, porque no le gusta lo que a mí?
Espe.- No, no me refiero a un masoquista, porque un masoquista sólo se hace daño porque así consigue placer. Yo digo alguien que lo hiciese sin sacar ni siquiera placer.
Madriguero.- Alguien así no existe.
Espe.- Claro, porque todos creen que el placer es bueno y el daño, por sí mismo, es malo.
Madriguero.- ¿No será que llamamos loco al que no tiene nuestros gustos?
Espe.- Creo que no, aunque a veces sí que hacemos eso. Pero si creyésemos loco a todo el que tiene ideas diferentes, nadie aprendería de otro.
Madriguero.- Vale, Espe, pero no me digas que se puede dar una demostración de que algo es bueno, como sí se puede dar en matemáticas.
Espe.- ¿Sabes que me encanta la cavernisofía?
Madriguero.- Sí, a mí también, aunque los cavernísofos que conozco no piensan como tú.
Espe.- Vale, pero otros sí, aunque sean minoría. Escucha esto: ¿puedes demostrarme matemáticamente que estás despierto, y no soñando? Y no me digas eso de que te pellizcas… Dime cómo sabes que lo que ves en esta cueva es real.
Madriguero.- Ya lo he pensado otras veces, no te creas. Creo que no te lo puedo demostrar.
Espe.- Pero tampoco hace falta, creo yo, porque no tenemos más remedio que pensar que lo que nos parece cierto, es verdad. Igual, creo yo, pasa con lo bueno, que todos creemos que existir es bueno, y existir más y ser más consciente de que existes, mejor todavía. Pero mira cómo creo yo que se podría razonar. ¿No dicen que los cavernícolas somos animales racionales? Entonces, si no nos comportamos como racionales, no somos personas ¿no?
Madriguero.- Puede ser.
Espe.- Y si yo trato a dos seres iguales de forma diferente, me comporto como un ser irracional.
Madriguero.- Pues entonces todos somos irracionales, porque todos tratamos de forma desigual.
Espe.- ¿Tú crees? Yo creo que no es así. Para empezar, a todos nos parece mal que se trate a uno de una forma y a otro de otra. Lo que pasa es que, como dijo Rama (el amigo de Cova) el otro día, hacer las mismas cosas a dos seres diferentes no sería tratarlos igual. Por ejemplo, si le das la misma cantidad de comida a dos personas que necesitan diferente cantidad de comida, no los estás tratando igual ¿me entiendes?
Madriguero.- Pero, Espe, ¿por qué, entonces, unos valoran unas cosas y otros, otras? Por ejemplo, los indios hacían sacrificios humanos a los dioses, y a nosotros eso nos parece monstruoso…
Espe.- Pero la diferencia entre los indios y nosotros no es en lo que creen bueno, sino en que ellos creían en dioses que se alimentan de sangre, y nosotros no. No decidieron sacrificar personas al tuntún ¿no crees?
Madriguero.- No sé, es muy difícil todo esto. La verdad es que oyendo lo que dices tengo menos claro lo que pensaba antes.
Espe.- Yo tampoco lo tengo claro, no creas. Lo que sí sé, Madriguero, es que si tienes razón, no podemos decir que hemos avanzado. ¿Sabes cómo trataban antes nuestros tatarabuelos a nuestras tatarabuelas? ¿Crees que hemos avanzado en cavernisofía?
Madriguero.- Sí, claro.
Espe.- Entonces es que vamos hacia algo mejor, a algún sitio, ¿no?
Madriguero.- ¿A qué sitio?
Espe.- A cenar, que ya es hora, venga. ¿Vienes o qué?
Madriguero.- Si no estorbo…
Espe.- No, tonto, ven. Así tenemos alguien a quien criticar…
Madriguero.- ¡Qué graciosa!

¿Crees que hay avances en moral? ¿Por qué los consideramos avances?

jueves, 7 de octubre de 2010

No tan diferentes

Madriguero.- ¡Hola, Espe! ¡Qué alegría verte!
Espe.- Lo mismo digo, Madriguero.
M.- Oye, tía, desde el otro día no dejo de darle vueltas..: estabas de coña ¿verdad? ¿Tú crees, por ejemplo, que ser homosexual es malo, por naturaleza?
Espe.- No.
M.- ¿Entonces por qué dijiste que las cosas son buenas o malas por naturaleza?
Espe.- Porque lo creo, al menos en estos últimos meses. Mañana, no sé. No creo que la homosexualidad sea mala, pero sí creo que es objetivamente mala, por ejemplo, la violencia (quiero decir, la violencia sin justificación, sin que lo hagas para evitar un daño mayor).
M.- Pero, tía, tú que eres inteligente, ¿me puedes decir quién crees que dice lo que es bueno? ¿El Papa, tu papá, la sociedad…?
Espe.- Ninguno de esos.
M.- ¿No es verdad que cada uno cree bueno lo que le da la gana?
Espe.- Nada de eso. ¿Por qué iba a ser bueno lo que te da la gana? Hay mucha gente que cree que lo que te apetece puede ser malo, sobre todo si supone hacer daño a otras cosas y personas.
M.- ¿Quién dice entonces lo que es bueno?
Espe.- Nuestro conocimiento, creo yo. Aunque nos podemos equivocar, claro, como en todo… Pero para mí no es lo mismo hacer lo que me apetece que hacer lo que quiero. Para esto último tengo que tener buenas razones.
M.- ¿De verdad te crees que se puede demostrar con razones lo que es bueno, como en los números?
Espe.- Sí, aunque sea muy difícil. Y me sorprende que tú, Madriguero, que siempre andas pidiendo razones a los demás, creas de verdad que sobre lo bueno y lo malo no se puede razonar.
M.- ¿Entonces, por qué hay tanto desacuerdo en este asunto, y cada cultura tiene sus propios valores?
Espe.- Mira, ¿por qué no se lo preguntas al amigo extranjero de Cova, que viene por ahí? ¡Hola, Cova!
Covadonga.- Hola. ¿Conocéis a Ramachacarandrán, mi amigo de cavernistán, que está aquí por unos días, de visita?
M.- No, hola, Rama…
Covadonga.- Podéis llamarle Rama, sí, no le importa.
Espe.- Oye, Cova, estábamos hablando Madriguero y yo precisamente de otras culturas y todo eso. Rama ¿te parece bien que te preguntemos algunas cosas?
Rama.- Me parece muy bien, así aprenderé cosas de vosotros.
M.- ¿Tú tienes creencias religiosas?
Rama.- Soy budista.
M.- ¿Verdad que te lo trasmitieron tus padres?
Rama.- Sí, bueno…
M.- O sea ¿crees porque te lo dicen tus padres?
Rama.- No, no he dicho tal cosa. Lo creo porque me parece bien, y si algo no me parece bien, no lo creo. Buda decía que tienes que hacer caso a tu propio pensamiento.
M.- Y ¿qué es bueno y malo, según tu Buda?
Rama.- Bueno, pues es malo el odio, el egoísmo, la violencia, la ignorancia… Y es bueno el amor y respeto a todos los seres, y tratar a cada uno de forma que llegue a ser lo más feliz y perfecto posible. Como para ti ¿no?
M.- Bueno, todos nos parecemos en algo… Y ¿qué normas tenéis diferentes a las nuestras?
Rama.- Pues mira, en mi país mucha gente, mi familia también, somos vegetarianos.
M.- ¿Por qué?
Rama.- Porque creemos que los animales son nuestras almas hermanas, y que las almas de todos pueden tomar cuerpos de otras especies. Y, claro, no está bien comerse a nuestros hermanos, porque causar dolor es malo. Quien causa daño a un animal, dice mi madre, hará daño a otras personas, y hasta se hace daño a sí mismo. Creo que en esto podríais aprender algo de nosotros.
M.- Sí, puede ser. Pero yo he visto que en vuestro país, perdóname que te lo diga, hay grandes diferencias de poder, y todo eso. Así que no creéis que todas las personas somos iguales.
Rama.- Sí que lo creemos. Las diferencias de poder se deben, como entre vosotros, a las funciones que cumplimos cada uno. No porque respetes la autoridad de tus padres o tus jefes en el trabajo, eres inferior a ellos. Eso sí, en mi país, como en todos (o quizás más), hay gente que, por egoísmo, abusa de su poder y crea grandes diferencias e injusticias. En esto tenemos que aprender nosotros de vosotros. Y en otras muchas cosas. Otra diferencia es que mi creencia es totalmente pacifista, está mal hacer el daño a nadie, por nada. Aunque, como en todo, hay mucha gente que no lo cumple, porque es difícil, es un ideal…
M.- Pero hay otras costumbres, incluso en tu propio país, que valoran la guerra como algo bueno.
Rama.- ¿¡Qué dices!? Eso no lo cree nadie, más que un pobre enfermo mental. A nadie que le digas “amigo, si vas a conseguir lo mismo haciendo daño que sin hacerlo ¿qué prefieres?”, nadie responderá que prefiere hacer daño. Todo el mundo prefiere la paz a la guerra, la amistad al odio, el conocimiento a la ignorancia… lo que pasa, creo yo, es que a veces tienen que sacrificar la paz por un bien mayor. Y también viven en situaciones muy diferentes a las nuestras, y se ven obligados a hacer cosas que parecen terribles. Por ejemplo, en algunas culturas, de gentes que viven en la selva, matan al segundo niño. Pero eso no quiere decir que no quieran a los hijos. Lo que pasa es que no podrían sobrevivir si llevasen más de uno a cuestas.
Cova.- ¿No te lo dije, Espe? Es todo un cavernísofo mi amigo Ramachacarandrán, ya te lo decía.
Espe.- Estoy alucinada de oírle hablar. ¿Quién te ha enseñado todo eso, Rama?
Rama.- En parte, mis conocidos, mis padres y demás; en parte, yo mismo.
Espe.- ¿Ves, Madriguero, como no hay tantas diferencias entre las personas como nos gusta decir?
Covadonga.- Bueno, chicos, si queréis nos vemos esta tarde. Ramachacarandrán va a hacer en mi casa unas comidas típicas de su país que están de muerte. Estáis invitados. ¡Hasta luego!
Rama.- Hasta pronto, que estéis en paz. [se van]
Madriguero.- Bueno, Espe, tienes un tanto a tu favor. Pero todavía no me has explicado cómo puedes razonar del bien y el mal como razonas de matemáticas o biología. Pero así quedamos otro día, mejor para mí. Oye… ¿te puedo preguntar algo?
Espe.- ¡Claro!
M.- ¿Tienes novio… o novia?
Espe.- Todavía no lo tengo claro, ¿por qué?
M.- No, por nada, por nada. Muchas veces se me ocurre que una tía tan… guay, tiene que tener pretendientes (o pretendientas) a patadas…

¿Qué opinas respecto de esta discusión?
¿Crees que hay diferencias muy importantes entre las diferentes culturas? ¿Cuáles?
¿Crees que siempre será imposible que se pongan de acuerdo en los valores más esenciales? ¿En cuáles?

jueves, 30 de septiembre de 2010

¡A saber lo que es bueno!

Juan Hoyo.- ¡Jo, tío! ¡qué fuerte! ¡De lo que me acabo de enterar!
Madriguero.- ¿Qué pasa? ¿Se va a acabar el mundo?
JH.- Más fuerte que eso. Dicen que Espelunca…
Madriguero.- ¿La de cuarto jota?
JH.- Sí, esa. Bueno, pues dicen que es lesbiana. La han visto acariciándose con una chica, pero acariciándose en plan… ya sabes.
M.- Pues muy bien, ¿y…?
JH.- ¿Y qué? Tío, eso es una marranada.
M.- ¿Por qué?
JH.- Porque sí, porque eso no es natural.
M.- Tampoco son naturales los móviles, ni la ropa, ni las motos…
JH.- ¿Qué dices? ¿Estás chalao?
M.- Digo que si tuvieras que ir “natural”, tendrías que ir en pelotas y comer raíces y carne cruda… bueno, si es que es natural comerse a otro, claro.
JH.- Pero no compares, colega…
M.- Por lo único que lo siento es porque Espe me gusta. Pero a lo mejor es bisexual…
JH.- ¿Bisexual? ¿Eso es que le hace a todos los palos?
M.- Sí, a los palos, y a los hoyos, como tú. Oye, no me había fijado en lo bueno que estás, ¡umm! ¿quieres…?
JH.- ¡Quita, cerdito!
M.- ¡Que es broma, hostia! ¡Si eres más feo que una patata asada! Pero no te creas esas chorradas de que algo es lo natural. Nadie te tiene que decir lo que es bueno o es malo, ni tú tienes que decírselo a nadie. Cada uno hace lo que quiere, que para eso somos libres.
JH.- ¿Cómo va a hacer cada uno lo que quiera? ¡Menudo cachondeo! O sea, que ¿lo que uno haga está bien?
M.- Mira, un primo mío, que está estudiando cavernisofía, dice que nada es bueno o malo, en sí mismo, sino que lo decidimos nosotros. Lo que pasa es que en cada sitio te enseñan unas cosas y tú te crees que son así. Por ejemplo, tú comes cerdo pero para otros, para los musulmanes, por ejemplo, si tú comes cerdo eres… un cerdo. En otros sitios las tías mean de pie y los tíos sentados, y así con todo.
JH.- ¡Sí! Entonces si a uno le gusta matar a gente, eso es bueno ¿no te digo?
M.- Para él, sí, para ti no. Lo que pasa es que, como a la mayoría no nos gusta eso, pues lo metemos en la cárcel, y se acabó. Pero no es que esté bien o mal.
JH.- ¿Cómo no va a estar mal hacer daño a otro?
M.- ¿Por qué va a estar mal? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dios, o tu padre? Te repito que lo que pasa es que a ti no te gusta, porque te gusta vivir, y tienes cariño a la gente…
JH.- ¡Joder! Claro que me gusta vivir, y a todo el que no esté enfermo o mal de la azotea.
M.- Pues si a uno no le gusta, no le gusta, y punto. Eso no es como hablar de que ahí enfrente hay un árbol. Las cosas no son buenas o malas, son azules, rojas, redondas o cuadradas… no buenas o malas, eso lo decimos nosotros.
JH.- ¡Menudo rollo! Entonces… como a mí no me gustan las lesbianas, voy y le doy dos hostias a Espe. Eso está bien, según tú. Y mañana voy a por los moros ¿no?
M.- No está bien. Pero tampoco está mal. Sólo que en nuestra sociedad, si haces eso vas a tener problemas (empezando conmigo, como se te ocurra meterte con Espe). Pero si la mayoría pensase como tú, pues se haría, y no pasaría nada. Igual que antes sacrificaban personas u otras jilipolleces… tal como las vemos ahora.
JH.- Entonces tú estás en contra de la asignatura nueva, la de Educación para la Caverdadanía ¿no? Porque ahí te están diciendo qué está bien y qué está mal.
M.- Bueno, lo que hacen es adoctrinarte en lo que la sociedad ve ahora bien. Así puedes saber qué tienes que hacer para ir con el rebaño. Pero no está bien o mal, insisto.
JH.- Pues yo estoy en contra de esa asignatura, porque te cuentan que los gays son guays. Y a mi padre le repatea, porque él es muy creyente, y dice que ahí no enseñan más que ideas ateas.
M.- Vamos a ver. ¿Tú no te haces pajas?
JH.- Sí…
M.- Pues ya estás en pecado mortal. ¿Das la mitad de lo tuyo a los pobres? ¿Pones la otra mejilla?
JH.- Ni nadie ¿no te jode?
M.- Entonces ¿qué leches dices? ¡Chaval, piensa por ti mismo!
JH.- Mira, ahí viene Espe.
M.- ¡Hola, Espe!
Espelunca.- Hola, Madriguero, hola, Juan Hoyo. ¿Qué estáis haciendo?
M.- Hablando. Oye, Espe, ¿verdad que tú crees que lo que es bueno o malo lo decidimos nosotros, es cosa de cada uno, lo que pasa es que te enseñan unas cosas desde pequeño y, si eres un poco borreguito, te las crees?
Espe.- No, Madriguero, yo no creo eso. Y le he dado muchas vueltas al asunto, porque me encanta la cavernisofía y la cavernética. Yo creo que las cosas tienen valor en sí mismas, y que hay que tratarlas como se merecen.
JH.- ¿Ves? ¿Ves? Pues Madriguero dice que matar no es ni bueno ni malo.
M.- Pero ¿quién dice lo que está bien y lo que está mal?
Espe.- Lo que pasa es que ahora voy a comprar cosas para la casa, y no me puedo liar. Si queréis charlamos de eso en otro momento. Ciao [se va]
M.- ¡Cuando quieras, [y, en voz baja] cielo!
JH.- Pues a mí Espe no me gusta. No sé qué le ves.



¿Qué piensas tú en este debate? ¿Crees que lo bueno o malo es algo que inventamos la gente (las culturas o los individuos), o hay cosas buenas o malas por naturaleza?
¿Qué argumenos te parecen equivocados y cuáles acertados en el diálogo?

martes, 13 de octubre de 2009

¿Quién hace más el indio?

Aquí tenéis dos presentaciones de la Carta del Jefe Indio Seattle al presidente de los Estados Unidos. (Para ver la continuación y final de la segunda presentación tenéis que buscarla en videos relacionados -se titula "Carta del jefe Seattle a Franklin Pierce (1854), Segunda Parte". No sé por qué no se deja traer aquí)






Los indios ven y valoran las cosas de manera diferente a nuestro modo occidental de verlas y apreciarlas.
¿Qué valores tenemos en común, pieles rojas y rostros pálidos? ¿Qué podríamos aprender de ellos? Y ¿ellos de nosotros?

jueves, 8 de octubre de 2009

Natural y bueno

Madriguero.- Gracias, Espe, por acompañarme de paseo, sé que tenías cosas que hacer.
Espelunca.- Hay que cuidar las amistades ¿no? Además, me daba mucho muermo quedarme en casa hoy…
Madriguero.- ¿Quieres que vayamos a las cuevas de pinturas?
Espe.- Vale. Y luego he quedado para cenar con Dolores y Cova. ¿Te vienes?
Madriguero.- Bue… bueno, ya veré, sí, puede que sí… Oye ¿Qué pasa ahí?
Espe.- ¿Dónde?
Madriguero.- Ahí, en ese árbol, ¿no ves a esos niños? ¡Vamos a ver! Oye ¿qué hacéis?
Caverniño 1.- Este pájaro, que se ha caído del árbol.
Caverniño 2.- ¡Tiene rota una pata!
Caverniño 3.- ¡Este quiere matarlo!
Madriguero.- ¿Qué dices? ¡Ni se te ocurra!
Caverniño 1.- ¿Por qué?
Madriguero.- ¡Es un ser vivo! Tenemos que curarle la patita y devolverlo al nido, o criarlo nosotros.
Caverniña.- ¿Se puede curar la patita?
Madriguero.- ¡Claro! Mi tío es caverterinario. Traedlo, vamos a ver.
Caverniño 3.- ¡Yo sé dónde vive! ¿Nos dejas que se lo llevemos nosotros?
Madriguero.- Vale… pero tratadlo bien ¿eh? ¡Que no me entere que le ha pasado nada! [los niños se van con el pajarillo]
Espe.- A ver, Madriguero, ¿por qué haces esto?
Madriguero.- ¿Cuidar al pajarillo? ¿Cómo no voy a hacerlo?
Espe.- ¿Crees que es malo para un pájaro que se le rompa una pata?
Madriguero.- Ya veo por dónde vas… ¿Que si es bueno, dices? Es natural, tan natural como si no se la rompe ¿no?
Espe.- Todo lo que pasa es natural, claro, pero para el pájaro es malo, creo yo, porque sin la pata es difícil que siga siendo un pájaro. No digamos si le falta la cabeza… ¿Crees que el cáncer no es ni bueno ni malo? ¿No es malo que un niño nazca sin brazos, o con retrasos mentales?
Madriguero.- Hombre, suena fuerte. Pero es porque todos los seres vivos quieren vivir.
Espe.- Pues muy bien. O sea, que todos creen que es bueno vivir. Y resulta que también quieren ser felices, y no sufrir dolor, y así con todo. ¿Cómo llamarías a alguien que, sin ningún motivo aparente, se hace daño? ¿No diríamos que es un pobre loco?
Madriguero.- ¿Un masoca? ¿Por qué va a ser un loco, porque no le gusta lo que a mí?
Espe.- No, no me refiero a un masoquista, porque un masoquista sólo se hace daño porque así consigue placer. Yo digo alguien que lo hiciese sin sacar ni siquiera placer.
Madriguero.- Alguien así no existe.
Espe.- Claro, porque todos creen que el placer es bueno y el daño, por sí mismo, es malo.
Madriguero.- ¿No será que llamamos loco al que no tiene nuestros gustos?
Espe.- Creo que no, aunque a veces sí que hacemos eso. Pero si creyésemos loco a todo el que tiene ideas diferentes, nadie aprendería de otro.
Madriguero.- Vale, Espe, pero no me digas que se puede dar una demostración de que algo es bueno, como sí se puede dar en matemáticas.
Espe.- ¿Sabes que me encanta la cavernisofía?
Madriguero.- Sí, a mí también, aunque los cavernísofos que conozco no piensan como tú.
Espe.- Vale, pero otros sí, aunque sean minoría. Escucha esto: ¿puedes demostrarme matemáticamente que estás despierto, y no soñando? Y no me digas eso de que te pellizcas… Dime cómo sabes que lo que ves en esta cueva es real.
Madriguero.- Ya lo he pensado otras veces, no te creas. Creo que no te lo puedo demostrar.
Espe.- Pero tampoco hace falta, creo yo, porque no tenemos más remedio que pensar que lo que nos parece cierto, es verdad. Igual, creo yo, pasa con lo bueno, que todos creemos que existir es bueno, y existir más y ser más consciente de que existes, mejor todavía. Pero mira cómo creo yo que se podría razonar. ¿No dicen que los cavernícolas somos animales racionales? Entonces, si no nos comportamos como racionales, no somos personas ¿no?
Madriguero.- Puede ser.
Espe.- Y si yo trato a dos seres iguales de forma diferente, me comporto como un ser irracional.
Madriguero.- Pues entonces todos somos irracionales, porque todos tratamos de forma desigual.
Espe.- ¿Tú crees? Yo creo que no es así. Para empezar, a todos nos parece mal que se trate a uno de una forma y a otro de otra. Lo que pasa es que, como dijo Rama (el amigo de Cova) el otro día, hacer las mismas cosas a dos seres diferentes no sería tratarlos igual. Por ejemplo, si le das la misma cantidad de comida a dos personas que necesitan diferente cantidad de comida, no los estás tratando igual ¿me entiendes?
Madriguero.- Pero, Espe, ¿por qué, entonces, unos valoran unas cosas y otros, otras? Por ejemplo, los indios hacían sacrificios humanos a los dioses, y a nosotros eso nos parece monstruoso…
Espe.- Pero la diferencia entre los indios y nosotros no es en lo que creen bueno, sino en que ellos creían en dioses que se alimentan de sangre, y nosotros no. No decidieron sacrificar personas al tuntún ¿no crees?
Madriguero.- No sé, es muy difícil todo esto. La verdad es que oyendo lo que dices tengo menos claro lo que pensaba antes.
Espe.- Yo tampoco lo tengo claro, no creas. Lo que sí sé, Madriguero, es que si tienes razón, no podemos decir que hemos avanzado. ¿Sabes cómo trataban antes nuestros tatarabuelos a nuestras tatarabuelas? ¿Crees que hemos avanzado en cavernisofía?
Madriguero.- Sí, claro.
Espe.- Entonces es que vamos hacia algo mejor, a algún sitio, ¿no?
Madriguero.- ¿A qué sitio?
Espe.- A cenar, que ya es hora, venga. ¿Vienes o qué?
Madriguero.- Si no estorbo…
Espe.- No, tonto, ven. Así tenemos alguien a quien criticar…
Madriguero.- ¡Qué graciosa!

¿Crees que hay avances en moral? ¿Por qué los consideramos avances?

lunes, 5 de octubre de 2009

¿Ni tan iguales?

Aquí tenéis unas personas con costumbres y modos de vida casi todo lo diferentes a los nuestros que nos podamos encontrar en el planeta Tierra:






¿Crees que tienen algunos valores fundamentales idénticos a los nuestros? ¿Cuáles? ¿Se trata de los valores más esenciales o importantes?


¿En qué se diferencian de nosotros? ¿Son esas diferencias una prueba de que no hay cosas objetivamente buenas o malas?

jueves, 1 de octubre de 2009

No tan diferentes

Madriguero.- ¡Hola, Espe! ¡Qué alegría verte!
Espe.- Lo mismo digo, Madriguero.
M.- Oye, tía, desde el otro día no dejo de darle vueltas..: estabas de coña ¿verdad? ¿Tú crees, por ejemplo, que ser homosexual es malo, por naturaleza?
Espe.- No.
M.- ¿Entonces por qué dijiste que las cosas son buenas o malas por naturaleza?
Espe.- Porque lo creo, al menos en estos últimos meses. Mañana, no sé. No creo que la homosexualidad sea mala, pero sí creo que es objetivamente mala, por ejemplo, la violencia (quiero decir, la violencia sin justificación, sin que lo hagas para evitar un daño mayor).
M.- Pero, tía, tú que eres inteligente, ¿me puedes decir quién crees que dice lo que es bueno? ¿El Papa, tu papá, la sociedad…?
Espe.- Ninguno de esos.
M.- ¿No es verdad que cada uno cree bueno lo que le da la gana?
Espe.- Nada de eso. ¿Por qué iba a ser bueno lo que te da la gana? Hay mucha gente que cree que lo que te apetece puede ser malo, sobre todo si supone hacer daño a otras cosas y personas.
M.- ¿Quién dice entonces lo que es bueno?
Espe.- Nuestro conocimiento, creo yo. Aunque nos podemos equivocar, claro, como en todo… Pero para mí no es lo mismo hacer lo que me apetece que hacer lo que quiero. Para esto último tengo que tener buenas razones.
M.- ¿De verdad te crees que se puede demostrar con razones lo que es bueno, como en los números?
Espe.- Sí, aunque sea muy difícil. Y me sorprende que tú, Madriguero, que siempre andas pidiendo razones a los demás, creas de verdad que sobre lo bueno y lo malo no se puede razonar.
M.- ¿Entonces, por qué hay tanto desacuerdo en este asunto, y cada cultura tiene sus propios valores?
Espe.- Mira, ¿por qué no se lo preguntas al amigo extranjero de Cova, que viene por ahí? ¡Hola, Cova!
Covadonga.- Hola. ¿Conocéis a Ramachacarandrán, mi amigo de cavernistán, que está aquí por unos días, de visita?
M.- No, hola, Rama…
Covadonga.- Podéis llamarle Rama, sí, no le importa.
Espe.- Oye, Cova, estábamos hablando Madriguero y yo precisamente de otras culturas y todo eso. Rama ¿te parece bien que te preguntemos algunas cosas?
Rama.- Me parece muy bien, así aprenderé cosas de vosotros.
M.- ¿Tú tienes creencias religiosas?
Rama.- Soy budista.
M.- ¿Verdad que te lo trasmitieron tus padres?
Rama.- Sí, bueno…
M.- O sea ¿crees porque te lo dicen tus padres?
Rama.- No, no he dicho tal cosa. Lo creo porque me parece bien, y si algo no me parece bien, no lo creo. Buda decía que tienes que hacer caso a tu propio pensamiento.
M.- Y ¿qué es bueno y malo, según tu Buda?
Rama.- Bueno, pues es malo el odio, el egoísmo, la violencia, la ignorancia… Y es bueno el amor y respeto a todos los seres, y tratar a cada uno de forma que llegue a ser lo más feliz y perfecto posible. Como para ti ¿no?
M.- Bueno, todos nos parecemos en algo… Y ¿qué normas tenéis diferentes a las nuestras?
Rama.- Pues mira, en mi país mucha gente, mi familia también, somos vegetarianos.
M.- ¿Por qué?
Rama.- Porque creemos que los animales son nuestras almas hermanas, y que las almas de todos pueden tomar cuerpos de otras especies. Y, claro, no está bien comerse a nuestros hermanos, porque causar dolor es malo. Quien causa daño a un animal, dice mi madre, hará daño a otras personas, y hasta se hace daño a sí mismo. Creo que en esto podríais aprender algo de nosotros.
M.- Sí, puede ser. Pero yo he visto que en vuestro país, perdóname que te lo diga, hay grandes diferencias de poder, y todo eso. Así que no creéis que todas las personas somos iguales.
Rama.- Sí que lo creemos. Las diferencias de poder se deben, como entre vosotros, a las funciones que cumplimos cada uno. No porque respetes la autoridad de tus padres o tus jefes en el trabajo, eres inferior a ellos. Eso sí, en mi país, como en todos (o quizás más), hay gente que, por egoísmo, abusa de su poder y crea grandes diferencias e injusticias. En esto tenemos que aprender nosotros de vosotros. Y en otras muchas cosas. Otra diferencia es que mi creencia es totalmente pacifista, está mal hacer el daño a nadie, por nada. Aunque, como en todo, hay mucha gente que no lo cumple, porque es difícil, es un ideal…
M.- Pero hay otras costumbres, incluso en tu propio país, que valoran la guerra como algo bueno.
Rama.- ¿¡Qué dices!? Eso no lo cree nadie, más que un pobre enfermo mental. A nadie que le digas “amigo, si vas a conseguir lo mismo haciendo daño que sin hacerlo ¿qué prefieres?”, nadie responderá que prefiere hacer daño. Todo el mundo prefiere la paz a la guerra, la amistad al odio, el conocimiento a la ignorancia… lo que pasa, creo yo, es que a veces tienen que sacrificar la paz por un bien mayor. Y también viven en situaciones muy diferentes a las nuestras, y se ven obligados a hacer cosas que parecen terribles. Por ejemplo, en algunas culturas, de gentes que viven en la selva, matan al segundo niño. Pero eso no quiere decir que no quieran a los hijos. Lo que pasa es que no podrían sobrevivir si llevasen más de uno a cuestas.
Cova.- ¿No te lo dije, Espe? Es todo un cavernísofo mi amigo Ramachacarandrán, ya te lo decía.
Espe.- Estoy alucinada de oírle hablar. ¿Quién te ha enseñado todo eso, Rama?
Rama.- En parte, mis conocidos, mis padres y demás; en parte, yo mismo.
Espe.- ¿Ves, Madriguero, como no hay tantas diferencias entre las personas como nos gusta decir?
Covadonga.- Bueno, chicos, si queréis nos vemos esta tarde. Ramachacarandrán va a hacer en mi casa unas comidas típicas de su país que están de muerte. Estáis invitados. ¡Hasta luego!
Rama.- Hasta pronto, que estéis en paz. [se van]
Madriguero.- Bueno, Espe, tienes un tanto a tu favor. Pero todavía no me has explicado cómo puedes razonar del bien y el mal como razonas de matemáticas o biología. Pero así quedamos otro día, mejor para mí. Oye… ¿te puedo preguntar algo?
Espe.- ¡Claro!
M.- ¿Tienes novio… o novia?
Espe.- Todavía no lo tengo claro, ¿por qué?
M.- No, por nada, por nada. Muchas veces se me ocurre que una tía tan… guay, tiene que tener pretendientes (o pretendientas) a patadas…

¿Qué opinas respecto de esta discusión?
¿Crees que hay diferencias muy importantes entre las diferentes culturas? ¿Cuáles?
¿Crees que siempre será imposible que se pongan de acuerdo en los valores más esenciales? ¿En cuáles?

viernes, 25 de septiembre de 2009

¡A saber lo que es bueno!

Juan Hoyo.- ¡Jo, tío! ¡qué fuerte! ¡De lo que me acabo de enterar!
Madriguero.- ¿Qué pasa? ¿Se va a acabar el mundo?
JH.- Más fuerte que eso. Dicen que Espelunca…
Madriguero.- ¿La de cuarto jota?
JH.- Sí, esa. Bueno, pues dicen que es lesbiana. La han visto acariciándose con una chica, pero acariciándose en plan… ya sabes.
M.- Pues muy bien, ¿y…?
JH.- ¿Y qué? Tío, eso es una marranada.
M.- ¿Por qué?
JH.- Porque sí, porque eso no es natural.
M.- Tampoco son naturales los móviles, ni la ropa, ni las motos…
JH.- ¿Qué dices? ¿Estás chalao?
M.- Digo que si tuvieras que ir “natural”, tendrías que ir en pelotas y comer raíces y carne cruda… bueno, si es que es natural comerse a otro, claro.
JH.- Pero no compares, colega…
M.- Por lo único que lo siento es porque Espe me gusta. Pero a lo mejor es bisexual…
JH.- ¿Bisexual? ¿Eso es que le hace a todos los palos?
M.- Sí, a los palos, y a los hoyos, como tú. Oye, no me había fijado en lo bueno que estás, ¡umm! ¿quieres…?
JH.- ¡Quita, cerdito!
M.- ¡Que es broma, hostia! ¡Si eres más feo que una patata asada! Pero no te creas esas chorradas de que algo es lo natural. Nadie te tiene que decir lo que es bueno o es malo, ni tú tienes que decírselo a nadie. Cada uno hace lo que quiere, que para eso somos libres.
JH.- ¿Cómo va a hacer cada uno lo que quiera? ¡Menudo cachondeo! O sea, que ¿lo que uno haga está bien?
M.- Mira, un primo mío, que está estudiando cavernisofía, dice que nada es bueno o malo, en sí mismo, sino que lo decidimos nosotros. Lo que pasa es que en cada sitio te enseñan unas cosas y tú te crees que son así. Por ejemplo, tú comes cerdo pero para otros, para los musulmanes, por ejemplo, si tú comes cerdo eres… un cerdo. En otros sitios las tías mean de pie y los tíos sentados, y así con todo.
JH.- ¡Sí! Entonces si a uno le gusta matar a gente, eso es bueno ¿no te digo?
M.- Para él, sí, para ti no. Lo que pasa es que, como a la mayoría no nos gusta eso, pues lo metemos en la cárcel, y se acabó. Pero no es que esté bien o mal.
JH.- ¿Cómo no va a estar mal hacer daño a otro?
M.- ¿Por qué va a estar mal? ¿Quién lo ha dicho? ¿Dios, o tu padre? Te repito que lo que pasa es que a ti no te gusta, porque te gusta vivir, y tienes cariño a la gente…
JH.- ¡Joder! Claro que me gusta vivir, y a todo el que no esté enfermo o mal de la azotea.
M.- Pues si a uno no le gusta, no le gusta, y punto. Eso no es como hablar de que ahí enfrente hay un árbol. Las cosas no son buenas o malas, son azules, rojas, redondas o cuadradas… no buenas o malas, eso lo decimos nosotros.
JH.- ¡Menudo rollo! Entonces… como a mí no me gustan las lesbianas, voy y le doy dos hostias a Espe. Eso está bien, según tú. Y mañana voy a por los moros ¿no?
M.- No está bien. Pero tampoco está mal. Sólo que en nuestra sociedad, si haces eso vas a tener problemas (empezando conmigo, como se te ocurra meterte con Espe). Pero si la mayoría pensase como tú, pues se haría, y no pasaría nada. Igual que antes sacrificaban personas u otras jilipolleces… tal como las vemos ahora.
JH.- Entonces tú estás en contra de la asignatura nueva, la de Educación para la Caverdadanía ¿no? Porque ahí te están diciendo qué está bien y qué está mal.
M.- Bueno, lo que hacen es adoctrinarte en lo que la sociedad ve ahora bien. Así puedes saber qué tienes que hacer para ir con el rebaño. Pero no está bien o mal, insisto.
JH.- Pues yo estoy en contra de esa asignatura, porque te cuentan que los gays son guays. Y a mi padre le repatea, porque él es muy creyente, y dice que ahí no enseñan más que ideas ateas.
M.- Vamos a ver. ¿Tú no te haces pajas?
JH.- Sí…
M.- Pues ya estás en pecado mortal. ¿Das la mitad de lo tuyo a los pobres? ¿Pones la otra mejilla?
JH.- Ni nadie ¿no te jode?
M.- Entonces ¿qué leches dices? ¡Chaval, piensa por ti mismo!
JH.- Mira, ahí viene Espe.
M.- ¡Hola, Espe!
Espelunca.- Hola, Madriguero, hola, Juan Hoyo. ¿Qué estáis haciendo?
M.- Hablando. Oye, Espe, ¿verdad que tú crees que lo que es bueno o malo lo decidimos nosotros, es cosa de cada uno, lo que pasa es que te enseñan unas cosas desde pequeño y, si eres un poco borreguito, te las crees?
Espe.- No, Madriguero, yo no creo eso. Y le he dado muchas vueltas al asunto, porque me encanta la cavernisofía y la cavernética. Yo creo que las cosas tienen valor en sí mismas, y que hay que tratarlas como se merecen.
JH.- ¿Ves? ¿Ves? Pues Madriguero dice que matar no es ni bueno ni malo.
M.- Pero ¿quién dice lo que está bien y lo que está mal?
Espe.- Lo que pasa es que ahora voy a comprar cosas para la casa, y no me puedo liar. Si queréis charlamos de eso en otro momento. Ciao [se va]
M.- ¡Cuando quieras, [y, en voz baja] cielo!
JH.- Pues a mí Espe no me gusta. No sé qué le ves.



¿Qué piensas tú en este debate? ¿Crees que lo bueno o malo es algo que inventamos la gente (las culturas o los individuos), o hay cosas buenas o malas por naturaleza?

¿Qué argumenos te parecen equivocados y cuáles acertados en el diálogo?