jueves, 24 de enero de 2013

El conflicto cavernético

Drama antromusical

(Personajas: ESPELUNCA (ESPE para los amigos), FELISA y COVADONGA).

COVANDONGA.- Hola, ESPE. Tía, ya creíamos que llegabas tarde. ¡Va a salir el bus!
ESPE.- Es que… no sé si ir.
FELISA.- ¿¡Qué dices!? ¿Te ha pasado algo?
ESPE.- No… a mí no… pero…
COVANDOGA.- ¿Vienen a tocar los Trogloditas del silencio, o sea, el mejor grupo antro del cavernimundo, tú tienes una entrada ¡y te lo vas a perder!? ¿¡Estás flipada!?
ESPE.- Es que… me he encontrado con Dolores…
FELISA.- ¿La amargada de clase?
ESPE.- Esa. Se ha liado a hablar conmigo y, tías, la he visto fatal. Está desesperada. Dice que sus padres no la entienden y la machacan, que si nadie la quiere… y, por si fuera poco, se ha enamorado de un tío que la ha llamado tonta y fea.
COVADONGA.- Sí, el Pedro ha sido, el muy animal.
ESPE.- El caso es que la veo chunga, y me ha dicho que necesita alguien con quien pasar esta tarde y hablar. Y creo que necesita ayuda y compañía de verdad. Le he ofrecido mi entrada pero dice que no está para músicas.
FELISA.- Bueno, tía, pero estamos hablando de los Trogloditas, no van a volver por aquí en la vida ¿te coscas? Además, esa tía no es tu amiga ¿no? Siempre la has puesto a caldo, no es responsabilidad tuya.
ESPE.- Ya… pero…
COVADONGA.- ¿Y no hay nadie que le haga compañía?
ESPE.- Tú sabes muy bien que está más sola que la una. ¿Qué harías tú, Cova?
FELISA.- Yo no me perdería el concierto, lo tengo claro. Eso es como si vinieran los marcianos a traer regalos y yo me fuese al water.
COVADONGA.- ¡Qué bestia eres tú también! Yo no sé que haría, es una situación muy chunga. Creo que me quedaría con ella, aunque me acordaría del concierto todos los días de mi cavernaria vida. En fin, tú verás…
FELISA.- ¡Eh! ¡Ahí viene el autobús!

¿Qué crees que debe hacer Espelunca? ¿Por qué?

                                                   ****

(En las puertas del recinto del concierto del año de los Trogloditas del silencio)

Maria Refugia.- ¡Hola! Oye, ¿dónde está Espe?
Felisa.- No te lo creerás, tía.
Covandonga.- Se ha quedado con Dolores, una compañera de clase...
Felisa.- Una amargada.
Covadonga.- Que está hecha polvo, muy depre. Y no tiene a nadie.
Maria Refugia.- Y ¿por qué se ha quedado con ella? No es su amiga, ¿no?
Felisa.- ¡Qué va! Le ha dado pena, está claro. Espe es más tierna que un bollicao, ya la conoces.
Covadonga.- No creo que haya sido por pena. Espe es una tía muy responsable, creo que ha visto que tenía que quedarse.
Felisa.- Pero no creo que lo hiciera si no creyera que va a sacar algo.
María Refugio.- A lo mejor lo hace por miedo al remordimiento de conciencia. Yo lo haría por eso (¡si lo hiciera, claro, que va a ser que no!). Mi abuela dice que todo lo que hagas malo el diablo te lo sacará del pellejo a tiras (se parten de risa las tres).
Felisa.- Sí, claro, y Apu, el de los Simpson, cree que te reencarnas en otro animal, ¡no te digo!
Covandoga.- ¿Es que no puede haberlo hecho sólo porque cree que tiene que hacerlo, sin pensar en sí misma?
Felisa.- Eso no creo que pase, Cova, seamos realistas. Lo que pasa es que a algunos, como a Espe, les encanta ver felices a los demás.
María Refugio.- Bueno, luego se lo preguntamos a ella. Ahora vamos, que corre la fila y se nos cuelan para entrar. ¡Los Trogloditas, tías! ¿Os dais cuenta del momento que estamos viviendo?

(A varios kilómetros de los Trogloditas)

Dolores.- Jo, Espe, no sabes cómo te agradezco que te hayas quedado conmigo, sé el sacrificio que estás haciendo. Y hasta me has invitado a un helado...
Espelunca.- Pero si has pagado tú...
Dolores.- Bueno, eso es lo de menos. En serio, eres una tía total.
Espelunca.- No te preocupes, los... las personas están para ayudarse ¿no?
Dolores.- Sí, chica, pero muy pocos hacen lo que has hecho tú.
Espelunca.- Yo creo que no, que todos harían lo que he hecho yo, o sea, joderme y aguantarme y echarte un cable.
Dolores.- No sé, pero sí sé que tú lo has hecho, y te debo... Bueno, no te voy a decir que seamos amigas, porque nunca hemos tenido mucho en común... pero...
Espe.- A lo mejor es que no hemos hablado mucho, y nos hemos dejado llevar por las apariencias, sin pensar...
Dolores.- ¿Te puedo preguntar una cosa?
Espe.- Sí, claro.
Dolores.- ¿Por qué te has quedado, de verdad? ¿Te he dado pena?
Espe.- ¡No! ¡no! Pena no... Bueno, sí, un poco... Pero no lo he hecho por pena, de verdad.
Dolores.- ¿Entonces por qué?
Espe.- A cualquiera le gustaría que hicieran eso por uno, cuando esté mal.
Dolores.- Pero ¿y si nunca puedo devolverte el favor?
Espe.- No importa. No lo hago para que me debas una, sino porque... a una persona hay que ayudarla.
Dolores.- Me parece muy bien. Eres especial, de verdad. Me gustaría que fueras mi amiga (un rato de silencio). Todos me ven como una amargada, y tienen razón. ¿Sabes por qué creo que soy tan triste?
Espe.- ¿Por qué?
Dolores.- Porque nunca me he encontrado a personas como tú.
Espe.- Eso es porque no has mirado bien.
Dolores.- Puede ser... Oye, ¿a ti te gusta el Pedro?
Espe.- ¿Pedro? ¿ese mameluco? No jorobes, tiene menos gracia que Matias Prast.
Dolores.- Entonces, ¿qué te gusta de un chico?
Espe.- O de una chica...
Dolores.- Eso, o de una chica.

(continuará?)

¿Con qué personaja te identificas más? ¿Con cuál menos?
¿Qué parte de razón lleva cada una (si la llevan)?
¿Por qué lo hace Espelunca?
Comenta todo lo que se te ocurra.

Si te apetece seguir la historia, haciendo tú una escena, elabórala por tu cuenta y mándanosla o dámela en clase.

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